No merece la pena
mendigar por el fango,
la añorada limosna
de unos besos preciados.
Si buscamos sinceros
la caricia y el labio,
ese beso, a nosotros,
llegará sin dudarlo.
Como el tuyo que dejes
en la tarde de mayo,
en un sitio cualquiera,
o debajo de un árbol.
Y también en la esquina,
con la plaza y el banco,
mirarán a que lleguen
vuestros cuerpos atados.
No merece la pena,
te decías antaño,
suplicar la caricia
con un beso robado.
Pero fuiste paciente
y bebiste del vaso,
aquel néctar divino
que tomaron tus manos.
Fue un instante tan solo,
casi, casi, un milagro,
de abrazar a la brisa
y quedar atrapado.
Desde entonces, te dices,
que la vida es un acto,
un poema inconcluso
que se escribe a diario.
"...No merece la pena
el recuerdo salado,
cuando puedes vivir
un presente sin barro..."
Rafael Sánchez Ortega ©
22/08/17
Bello poema me ha gustado
ResponderEliminarGracias Edith, me alegro de que te guste.
EliminarUn abrazo.
Mendigar un beso es avanzar sin esperanza, muy bello.
ResponderEliminarAbrazo
A veces, "el que la sigue la consigue". Bonitos versos.
ResponderEliminarBesos.
Tienes razón Pilar.
EliminarBesos.
No. No merece la pena.
ResponderEliminarVivir en el presente y abrir los brazos a todo lo nuevo y bueno.
Abrazos, Rafael.
Me quedo con ese "abrir los brazos" que citas, Verónica.
EliminarUn abrazo.
Ya lo creo que no merece la pena...
ResponderEliminarLos recuerdos a veces nos afectan el presente y lo nublan y otras veces viven en nosotros sin perturbar el hoy, tan solo como eso... como "recuerdos". La vida es un todo. Un abrazo amigo, gran tema este!!!
ResponderEliminarSí, Paty, es un gran tema, como dices. Gracias por tu comentario.
EliminarUn abrazo.