Pronunciaste mi nombre
con candor y dulzura,
y no pude evitarlo
me llevaste a la cuna.
A la infancia lejana
con tu voz y ternura,
y a las nanas aquellas
espantando a las brujas.
Tú me hablabas de hadas
que miraban la luna,
paseando en los bosques
entre nieblas y brumas.
Me contabas historias
de zagales sin blusas,
trabajando en la tierra
y sacando su fruta.
Pronunciaste mi nombre
con tu voz tan segura,
y sentí tus palabras
otra vez como nunca.
Me llevaste a la vida
por senderos y rutas,
me enfrentaste al destino
con paciencia y sin lucha.
Hoy recuerdo ese tiempo
que no hace preguntas,
y me envía tus labios
y la voz vagabunda.
Esa voz que me envuelve
y me trae tu figura,
y los besos aquellos
de una infancia sin culpa.
"...Pronunciaste mi nombre
al pasar por la curva,
te miré y me miraste
y perdí la cordura..."
Rafael Sánchez Ortega ©
13/08/17
Tu poema Destila ternura y nos abraza esa voz.
ResponderEliminarMil besitos, amigo Rafael.
Gracias sinceras Auroratris.
EliminarUn abrazo.
gracias por compartir bellez
ResponderEliminarA ti por leer mis letras Recomenzar.
EliminarUn abrazo.
Dulce y tierno poema , muy lindo . Saludos Rafael
ResponderEliminarGracias por verlo así, Edith.
EliminarUn abrazo y feliz domingo.
Se necesitan segundos para recordar un mundo, que siempre vive en nuestro interior. Basta un pequeño interruptor para abrir el telón. Hermoso amigo. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias por tu comentario Paty.
EliminarUn abrazo.
Es asombrosa la belleza de tu inspiración.
ResponderEliminarEnhorabuena .
Besos.
Gracias sinceras Amapola.
EliminarBesos.
Ternura en tus palabras pronunciadas, así están escritas desde tu corazón, me parece de una belleza mágica este poema, mi querido amigo Rafael, y la imagen me encanta.
ResponderEliminarEs su voz que mece tus palabras,
cuando pronuncia tu nombre
escrito entre verso y beso,
hasta ser dictado en poesía,
rubricando su firma entre caricias.
Besos y feliz tarde.
Gracias por tus palabras y estos versos que me acompañas María.
EliminarBesos en esta tarde del domingo.
Esa infancia, rodeada de amor maternal que nunca se olvida.
ResponderEliminarBesos.
Supongo que todos la tenemos latente, Pilar.
EliminarUn abrazo.