El corazón,
latiendo desbocado,
puede sangrar.
Esas heridas,
pequeñas e invisibles,
son dolorosas.
Y duele el alma,
y duelen los sentidos
y alguien se muere.
Y todo acaba,
la risa se marchita,
se marcha el sol.
Llega la sombra,
cruel y despiadada,
con tanta bruma.
Se van al suelo,
con llanto y con tristeza,
las ilusiones.
Aquellos sueños,
(¡benditos sus recuerdos!),
atrás quedaron.
Rotos espejos,
con tantas mariposas
hoy añoradas.
Y el corazón,
sufriendo, en el silencio,
esta agonía.
Rafael Sánchez Ortega ©
05/03/20
Que no sangre ese corazón que tiene mucho para dar, o mejor dicho que su sangre sea la poesía como la que viertes en este lugar.
ResponderEliminarBesos al alma esta mañana.
Gracias Paula.
EliminarUn abrazo y feliz día.
Hay días, incluso temporadas... en que sufrimos y ese dolor que se manifiesta en el alma y a su vez en nuestro cuerpo, nos devela tanto de la vida. Nos enseña de nuestra vulnerabilidad, de la no permanencia, de lo importante que es vivir el presente, decir lo que sentimos -a quien vale que lo escuche- y no vivir esta corta existencia tapados de máscaras y de protecciones que a la larga nos enferman, sino es del cuerpo, sí del corazón, porque muchos seres llegan a ser tan egoístas que solo velan por su propio bienestar y sobrevivencia creyendo que el mundo sería mejor con solo ellos sobre la tierra. Me inspiraste amigo! pero es cierto, el dolor nos muestra algo que cuando todo va bien, no vemos, no valoramos... y es que en el fondo... todos somos iguales!
ResponderEliminarTe envío un gran abrazo, he entrado poco a los blogs por el tema de iniciar mi nueva website, que ya está funcionando, pero cada día es un desafío nuevo que debo aprender y solucionar. Además decidí que me voy a cambiar de ciudad, ufff todo al unísono!
Que estés y sigas muy bien, espero que estas letras, bellas y sensibles, no reflejen tu propio estado de ánimo.
Te aprecio mucho y te deseo lo mejor.
Paty
Gracias por tus palabras y comentario, Paty.
EliminarEspero y deseo que todo lo que me dices y proyectas acerca de tu trabajo y cambio de residencia sea algo que te haga encontrar la felicidad que mereces en compañía de tus seres queridos.
Un abrazo y feliz fin de semana querida amiga.
Cuando alguien cercano se muere pensamos todo lo que dejó y quedó atrás, es cierto. Nuestro corazón se resiente y sentimos el dolor de su marcha. Tu poema nos hace pensar y espero que todo vaya bien, amigo.
ResponderEliminarMi abrazo y mi ánimo, poeta.
Gracias María Jesús.
EliminarUn abrazo.
Un poema maravilloso. Lo único que nos queda es recordar a los que se fuerton.
ResponderEliminarMe ha encantado tu blog, me quedo de seguidora y te invito a que te pases por el mío si te apetece (es Relatos y Más, es que aparecen dos en el perfil).
Un abrazo.
Gracias por tu visita y comentario, Rocío.
EliminarUn abrazo.
Qué tristezas revueltas, qué recuerdos tan duros
ResponderEliminarUn abrazo y feliz tarde
Gracias Albada Dos.
EliminarUn abrazo en la noche.
Tristezas que regresan y parece que no se quieren marchar ..bueno pues hay que salir de ese mundo oscuro y comenzar a volar como esa mariposa que pone alegría al poema ..
ResponderEliminarHoy al fin tarde de paseo aunque sea controlado ..
Abrazos!!
Pudimos disfrutar del mismo, Campirela.
EliminarUn abrazo.
Recuerdos envueltos de tristeza que ojalá pronto se transformen en felicidad.
ResponderEliminarBesitos y abrazos cariñosos Rafael.
Te me cuidas eh!
Gracias Ani.
EliminarUn abrazo y también tú, cuídate.
Sufrir en silencio es la peor de las condenas.
ResponderEliminarUn abrazo.
Cierto Laura.
EliminarUn abrazo.
A todos los corazones les ha tocado esta agonía, algunos, muchos, les ha tocado algo mucho peor.
ResponderEliminarUn abrazo Rafael.
Y el corazón, sufriendo en el silencio.... Me ha gustado.... Un saludo desde Murcia....
ResponderEliminarGracias alp
EliminarUn saludo desde Cantabria.