Hoy, los jilgueros
están enmudecidos,
como las calles.
Todo es silencio.
Los cielos son plomizos.
Llega la lluvia.
Y en este plan
sonríen las estrellas
desde los cielos.
Algunas fuentes
hoy tienen congelados
todos sus grifos.
El mar, en calma,
contiene los murmullos
de las resacas.
Hasta los dioses,
de siempre parlanchines,
miran y callan.
En una torre
descansan las campanas
de la vigilia.
También los remos
esconden las brazadas
de los ochotes.
Se pasa el día.
La vida continúa.
Sigue el silencio.
Rafael Sánchez Ortega ©
15/03/20
Todo es silencio, un profundo silencio, ausencia de tronos, de risas, de palabras...
ResponderEliminarBesos al alma.
Gracias Paula.
EliminarBesos.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarTrinos quise decir
ResponderEliminarSe entendió, no te preocupes Paula.
EliminarBesos.
Gracias amigo por todas tus hermosas letras , las que dejas en mi blog y las que puedo leer en el tuyo...todo es amor
ResponderEliminarAbrazos
Gracias a ti, Marina. Siempre es un placer recorrer tus versos.
EliminarAbrazos.
Silencio de pandemia, pero en tu tierra la primavera ya debe estar perfumando jardines y coloreando calles. bella poesía Rafael.
ResponderEliminarmariarosa
Sí, María Rosa, ya nos queda solo un mes de primvera.
EliminarUn abrazo.
Fue un silencio atronador, amigo Rafael. Pero hoy... hoy sí se oye el canto de los jilgueros y la vida.
ResponderEliminarPrecioso tu sentir.
Mil besitos para ti y muy feliz día.
Y que se siga oyendo ese canto mucho tiempo, Auroratris.
EliminarUn abrazo.
Tal vez el único sonido que se desea ahora escuchar es el de los pájaros ellos nos llenan de esa libertad de volar ..
ResponderEliminarUn abrazo ..feliz noche.
Añoramos y deseamos esa libertad, Campirela, así que soñemos con ser jilgueros, aunque sea unos segundos.
EliminarUn abrazo.
Hay días y días Rafael... y cada uno tiene sus afanes y vicisitudes... tu forma poética de explicar las de ese día, es magnífica...
ResponderEliminarAbrazo
Gracias Impersonem.
EliminarAbrazos.
Rafel,ya estamos un poco más liberados y podemos ,con suma prudencia,ver la mar y escuchar el canto del jilguero
ResponderEliminarLindos tus poemas que cada día van sumando más belleza
Besucos
Gó
Sí, Gó, ya nos podemos acercar hasta el Cantábrico para aspirar el salitre de sus aguas y pisar las playas tan bonitas que tenemos.
EliminarUn abrazo y "besucos"
El silencio es necesario, pero los jilgueros, con sus cantos, nos dejan el alma alegre y bulliciosa.
ResponderEliminarUn abrazo y por los cantos de vida.
Un abrazo por esos cantos y por la vida, Albada Dos.
EliminarEn silencio te mando un abrazo y un beso.
ResponderEliminarEspero que sigas bien.
Gracias Laura, seguimos bien por estos lares.
EliminarUn abrazo y el mismo deseo para ti.
Tu poema nos describe estos dos meses que hemos pasado en clausura, como las monjas. Vamos a ver ahora si somos capaces de ser prudentes y afrontar la nueva realidad, Rafael.
ResponderEliminarMi abrazo y mi ánimo.
A ver si podemos ser prudentes, como bien dices, María Jesús.
EliminarUn abrazo.
Ahora el silencio es más silencio y la vida nos llega de otra manera.
ResponderEliminarY pese a todo, hay calma, como en tu poema (al menos para mi).
Abrazo, Rafael.
Sí, (era la calma de los primeros días, luego...)
EliminarUn abrazo Verónica.
Hola Rafael, cuanto tiempo sin leer los blogs amigos y sin escribir también. Quizás este tiempo de espera haya servido de reflexión.
ResponderEliminarTu poema, como siempre, cargado de emociones. Los jilgueros alegran nuestras vidas. A veces, pasábamos por alto muchas pequeñas cosas que ahora vemos que importan.
Saludos
Rosa
https://literaturaavueltas.blogspot.com/?m=1
Graciass por tu visita y comentario, Rosa B.G.
EliminarUn saludo en la tarde.