Amaneciendo,
las gotas y el relente,
se vuelven agua.
Agua del cielo,
el llanto de las almas,
y de la noche.
Pero apagado,
como una melodía,
casi silente
Horas mas tarde
se vuelven invisibles
por el calor.
La luz del sol,
el viento con la brisa,
su corta edad.
Y es que las almas
esconden los deseos
de las personas.
También los sueños,
el tiempo del trabajo
y el sufrimiento.
Aunque las almas
sonríen mientras sufren
para animarnos.
Mira tu espejo,
el alma te está hablando
y es la conciencia.
Rafael Sánchez Ortega ©
30/06/20
Así también yo lo siento; amanece y todo renace de nuevo, pero en la calma, todas las almas despiertan a sus deseos y vivencias, volviendo a florecer conscientemente los recuerdos vividos de un pasado.
ResponderEliminarUn buen poema Rafael. Un abrazo.
Gracias Juan, pienso igual que tú.
EliminarUn abrazo en la tarde.
Me han gustado todos y de forma especial el último.
ResponderEliminarFeliz tarde noche Rafael.
Un abrazo
Gracias Carmen.
EliminarUn abrazo.
Tu alma y el espejo , tal vez no tE confundas mucho ellas dos se suelen ver las caras muy dE enfrente. Abrazos y felices sueños
ResponderEliminarEse espejo famoso al que todos nos miramos...
EliminarGracias Campirela.
Un abrazo y dulces sueños también para ti.
Que buen poema Rafael.
ResponderEliminarLa vida a veces se nos vuelve arena en la garganta, pero a pesar de todo la poesía nos ayuda a vivir mejor.
mariarosa
Gracias María Rosa.
EliminarUn abrazo.
Mi conciencia habla por los codos.
ResponderEliminarBesos.
Cerraría los ojos para escucharla, Laura.
EliminarBesos.
A veces los sueños se instalan al amanecer pero con el pasar las horas la realidad se impone, preciosos, un abrazo Rafael desde mi brillo del mar
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