Quiero a tus dedos
tatuando filigranas
sobre mi cuerpo.
Cierro los ojos
y siento la caricia
que vas plasmando.
No es carboncillo,
ni tinta concentrada,
sino una brisa.
Son los suspiros
que emanan de tu alma
y me recorren.
Van a mi pecho,
recorren mis cabellos,
espalda y cuello.
Pero prosiguen,
con tacto y con ternura,
ese boceto.
Y así consigues
que duerman mis pupilas,
pensando en ti.
Tú eres la brisa
que formas y das vida
a esta acuarela.
Y es que tus dedos,
extienden el dibujo
y el colorido.
Te siento cerca,
me embriago con tus dedos
que me apasionan.
Y así te quiero,
te amo y vas conmigo,
en este sueño,
("mi mariposa".)
Rafael Sánchez Ortega ©
03/07/25
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