En la ventana
espero a la paloma
con tu mensaje.
Quizás, tan solo,
con verla me conformo,
viene de ti.
En su figura
me dice muchas cosas
que tú me envías.
De su silencio
recojo tus palabras
y los suspiros.
Cierro los ojos
y siento que tus labios
buscan los míos.
Y nos besamos,
teniendo a la paloma
como testigo.
Luego despierto
del sueño y del abrazo
que compartimos.
Y veo el marco
tatuado con tu nombre
y con el mío.
En la ventana
se queda la paloma,
que dio el mensaje.
Rafael Sánchez Ortega ©
25/07/25
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