Quizás venía el pecho palpitante
para ofrecerte pronto mi sonrisa,
con ese gesto tierno y tan galante
desprovisto del tiempo y de la prisa.
Quizás llegó de tierra muy distante
con ese soplo dulce de la brisa,
para dejar un beso, en un instante,
y despejar la duda tan precisa.
Pero quizás amor, no era el momento,
no era el instante justo y el preciso,
para ponerte a ti en un compromiso.
Quizás debí dejar solo el lamento,
ese tic-tac del pecho y su gemido
para morir con él y su latido.
Rafael Sánchez Ortega ©
31/01/10
para ofrecerte pronto mi sonrisa,
con ese gesto tierno y tan galante
desprovisto del tiempo y de la prisa.
Quizás llegó de tierra muy distante
con ese soplo dulce de la brisa,
para dejar un beso, en un instante,
y despejar la duda tan precisa.
Pero quizás amor, no era el momento,
no era el instante justo y el preciso,
para ponerte a ti en un compromiso.
Quizás debí dejar solo el lamento,
ese tic-tac del pecho y su gemido
para morir con él y su latido.
Rafael Sánchez Ortega ©
31/01/10
Quizás!
ResponderEliminar... o tal vez no?.
Te sonrío con el Alma.
La esperanza nunca debe de perderse, DesdMiVentana, aunque parezca siempre algo imposible.
EliminarUn abrazo en la tarde.
Es triste cuando de dos, en uno no es el momento y solo resta aceptar que no hubo un ajuste en los tiempos del destino.
ResponderEliminarAbrazos.
Sí, Amy, es triste, pero es una realidad que muchas veces ocurre cerca y a nuestro alrededor.
EliminarUn abrazo.
Dímelo a mi, no se ajustó para mi el tiempo y aquí me tienes.
EliminarEntonces "sin palabras"
EliminarUn abrazo.