"Por qué será que, ya pasado el tiempo,
las palabras se quedan en los labios..."
Leyó sus letras y palabras,
y se quedó mirando al horizonte.
¿Por qué será, se dijo,
que las letras duermen silenciosas
en las cuartilla donde van depositadas?
¿Por qué tendrán, allí, que refugiarse,
cuando son gritos desgarrados,
sentimientos e inquietudes
que en un momento confió tu alma?
No hay respuesta de momento
a las preguntas,
no hay sentido ni razón
al desconsuelo,
no hay lector interesado
que repare en la cuartilla.
Quizás falte melodía seductora
que la anime y la acompañe,
quizás tengan esas letras
una sombra de tristeza
que se alarga en las palabras,
quizás viven y palpitan
y los ojos temblorosos que las miran
las evitan por si acaso
le trasmiten su mensaje.
Es posible que así sea en un instante,
en un momento,
en el acto irreflexivo
que carente de la música,
se olvida en el recuerdo
y se queda simplemente en la palabra.
Pero el autor de aquellas letras,
el eterno soñador de fantasías
y quimeras,
prosiguió con sus preguntas sin respuestas.
¿Por qué será que las letras y palabras
duermen silenciosas,
en la vieja cuartilla del recuerdo,
cuando ahora,
es de día,
luce el alba
y, por encima de todo,
el alma quedó dormida
entre esas letras y palabras?
Rafael Sánchez Ortega ©
27/03/10
las palabras se quedan en los labios..."
Leyó sus letras y palabras,
y se quedó mirando al horizonte.
¿Por qué será, se dijo,
que las letras duermen silenciosas
en las cuartilla donde van depositadas?
¿Por qué tendrán, allí, que refugiarse,
cuando son gritos desgarrados,
sentimientos e inquietudes
que en un momento confió tu alma?
No hay respuesta de momento
a las preguntas,
no hay sentido ni razón
al desconsuelo,
no hay lector interesado
que repare en la cuartilla.
Quizás falte melodía seductora
que la anime y la acompañe,
quizás tengan esas letras
una sombra de tristeza
que se alarga en las palabras,
quizás viven y palpitan
y los ojos temblorosos que las miran
las evitan por si acaso
le trasmiten su mensaje.
Es posible que así sea en un instante,
en un momento,
en el acto irreflexivo
que carente de la música,
se olvida en el recuerdo
y se queda simplemente en la palabra.
Pero el autor de aquellas letras,
el eterno soñador de fantasías
y quimeras,
prosiguió con sus preguntas sin respuestas.
¿Por qué será que las letras y palabras
duermen silenciosas,
en la vieja cuartilla del recuerdo,
cuando ahora,
es de día,
luce el alba
y, por encima de todo,
el alma quedó dormida
entre esas letras y palabras?
Rafael Sánchez Ortega ©
27/03/10
Acaso no sabe el autor de aquellas letras y palabras,q no duermen?, si no q solo esperan pacientemente a q unos ojos depositen su mirada en ellas y las deje entrar en su corazón, haciéndoles párticipe de sus desgarrados gritos, de sus sentimientos, de sus inquietudes... volar en pos de otras Almas, q sean capaces de sentir igual.
ResponderEliminarNo... ese Alma no está dormida entre ninguna letra ni palabra, ese Alma...vibra!
Unas veces, las respuestas llegan a tiempo, otras... algo tardías,pero no por ello menos eficaz; lo q invita a seguir preguntándose...¿porqué?. Pq estamos vivos y somos en el todo, una pregunta.(Una inmensa pergunta).
Te sonrío con el Alma.
( Si alguna vez, encuentras algo fuera de lugar, por favor, no dudes en quitarlo...a veces, desvarío, discúlpame.GRACIAS).
No, no tengo que quitar nada DedMiVentana, al contrario. Y es cierto lo que dices "somos en el todo una pregunta, ¡una inmensa pregunta sin respuesta!
EliminarUn abrazo en la noche.