Me gusta tocar tu pelo
buscar tus canas tan lindas,
me gusta mirar tus ojos
para leer tus pupilas.
Mas cuando toco tu pelo
siento una sed infinita,
noto el temblor de tu frente
con sus arrugas nacidas.
Luego, tus ojos preciosos,
me dicen cosas bonitas,
hablan de sueños que tienes
y hasta me cuentan tu vida.
Me gusta tocar tu frente
y contemplar tu sonrisa,
me gusta mirar tus ojos
y ver dos perlas chiquitas.
Mas cuando toco tu frente,
siento que el alma respira,
noto el volcán de tu pecho
con esa vida que grita.
Luego tu frente descansa,
queda en mis brazos tranquila,
busca el descanso sagrado
mientras se queda dormida.
Me gusta tocar tu cara
y recorrer tus mejillas,
me gusta besar tus labios
besito a beso, sin prisas.
Mas cuando toco tu cara
es como un soplo de brisa,
llegando fresca en la tarde
con el nordeste incluida.
Luego tu cara me busca
con tu mirada precisa
es como el viento que sopla
y algo en mi pecho se agita.
Me gusta tocar tus hombros
y descorrer tu camisa,
me gusta rozar tus senos,
sentir tu piel que se eriza.
Mas cuando toco tus hombros
algo me dice que siga,
que no me pare y detenga
y que te abrace deprisa.
Luego te busco y te beso,
para sentir que eres mía,
para entregarte mi alma
y suspirar si suspiras.
Rafael Sánchez Ortega ©
04/03/10
buscar tus canas tan lindas,
me gusta mirar tus ojos
para leer tus pupilas.
Mas cuando toco tu pelo
siento una sed infinita,
noto el temblor de tu frente
con sus arrugas nacidas.
Luego, tus ojos preciosos,
me dicen cosas bonitas,
hablan de sueños que tienes
y hasta me cuentan tu vida.
Me gusta tocar tu frente
y contemplar tu sonrisa,
me gusta mirar tus ojos
y ver dos perlas chiquitas.
Mas cuando toco tu frente,
siento que el alma respira,
noto el volcán de tu pecho
con esa vida que grita.
Luego tu frente descansa,
queda en mis brazos tranquila,
busca el descanso sagrado
mientras se queda dormida.
Me gusta tocar tu cara
y recorrer tus mejillas,
me gusta besar tus labios
besito a beso, sin prisas.
Mas cuando toco tu cara
es como un soplo de brisa,
llegando fresca en la tarde
con el nordeste incluida.
Luego tu cara me busca
con tu mirada precisa
es como el viento que sopla
y algo en mi pecho se agita.
Me gusta tocar tus hombros
y descorrer tu camisa,
me gusta rozar tus senos,
sentir tu piel que se eriza.
Mas cuando toco tus hombros
algo me dice que siga,
que no me pare y detenga
y que te abrace deprisa.
Luego te busco y te beso,
para sentir que eres mía,
para entregarte mi alma
y suspirar si suspiras.
Rafael Sánchez Ortega ©
04/03/10
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