Sé que me tengo que ir
hacia las tierras sin nombre,
tengo que hacer las maletas
entre este caos y desorden.
Voy para sitios lejanos
donde la luz es el norte,
donde se esconden las brumas
y donde el cielo es enorme.
En esas tierras que busco
hay praderías y bosques,
con los venados pastando
y con las hadas y robles.
Pero las prisas son malas
y los suspiros se rompen,
contra la costa bravía
del malecón sin relojes.
Sé que me tengo que ir
y no sé cómo ni a donde,
aunque prepare las prendas
para cubrir mis temores.
Hay una eterna esperanza
como un verdor de los montes,
y allí se extiende la vida
por la campiña y las flores.
Pero amenazan las nubes
que ya se acercan veloces,
con tanta lágrima amarga
en forma de goterones.
Y no me quiero mojar
ni quiero sentirme pobre,
quiero partir, simplemente,
en ese tren de las doce.
Sé que me tengo que ir
aunque mi mano sea torpe,
y aunque me pesen los años
de este vivir al galope.
Rafael Sánchez Ortega ©
05/12/14
hacia las tierras sin nombre,
tengo que hacer las maletas
entre este caos y desorden.
Voy para sitios lejanos
donde la luz es el norte,
donde se esconden las brumas
y donde el cielo es enorme.
En esas tierras que busco
hay praderías y bosques,
con los venados pastando
y con las hadas y robles.
Pero las prisas son malas
y los suspiros se rompen,
contra la costa bravía
del malecón sin relojes.
Sé que me tengo que ir
y no sé cómo ni a donde,
aunque prepare las prendas
para cubrir mis temores.
Hay una eterna esperanza
como un verdor de los montes,
y allí se extiende la vida
por la campiña y las flores.
Pero amenazan las nubes
que ya se acercan veloces,
con tanta lágrima amarga
en forma de goterones.
Y no me quiero mojar
ni quiero sentirme pobre,
quiero partir, simplemente,
en ese tren de las doce.
Sé que me tengo que ir
aunque mi mano sea torpe,
y aunque me pesen los años
de este vivir al galope.
Rafael Sánchez Ortega ©
05/12/14
Tal vez tus deseos se hagan realidad y por fin encuentres ese lugar maravilloso.
ResponderEliminarUn abrazo.
Quizás es el lugar que todos buscamos en nuestros sueños Rafael.
EliminarUn abrazo.
Me gustó especialmente eso de "contra la costa bravía
ResponderEliminardel malecón sin relojes
Es una expresión marinera con una metáfora, Carmen.
EliminarBs.
Ay se me ha cortado el comentario creo...
ResponderEliminarBueno,te decía que esos versos me han llamado mucho la atención.
Que el poeta llegue a ese destino...
Besos
Tranquila y gracias por tus comentarios Carmen.
EliminarBesos.
Es bonito soñar con ese viaje pensado, y todos deberiamos tener ese proyecto.
ResponderEliminarUn abrazo
Cierto Efe, así debería de ser.
EliminarUn abrazo.
Espera ...espera...aun no es hora de viajar ...
ResponderEliminarpreciosos ....abrazos
Gracias por tus palabras Marina.
EliminarUn abrazo.
Se respira la tristeza de un viaje obligado.
ResponderEliminarPero tus versos son exquisitos como siempre.
un abrazo
Todos tenemos viajes parecidos Maduixeta.
EliminarUn abrazo.
todos deberemos partir algún día, pero de sólo pensar en el verde prado y una campiña con flores, todo se hace más llevadero.
ResponderEliminarUn abrazo.
Creo que todos somos conscientes de ello María Rosa.
EliminarUn abrazo.
A esas tierras sin nombre donde iremos todos sin remedio.
ResponderEliminarTriste pero hermosos versos.
Un abrazo Rafael.
Gracias Carmen.
EliminarUn abrazo.
No importa si te guía la luz de la esperanza, Besos.
ResponderEliminarGracias Amapola.
EliminarBesos.
Hay viajes que realizamos para regresar renovados.
ResponderEliminarQue así sea, RAfael.
Todos tenemos alguno así en la retina.
EliminarUn abrazo.
Hoy m eidentifico totalmente con tu poesía...
ResponderEliminarMe ha gustado mucho.
Muchos besos
Gracias Sakkarah.
EliminarUn beso.
Eso de hacer las maletas es un trabajo bastante meticuloso sin contar el dolor de la despedida.
ResponderEliminarPero se ha de marchar. Y hay que pensar en la dicha del encuentro.
Sí, Tecla, seguro que sí.
EliminarUn abrazo.