domingo, 6 de agosto de 2017

INTENTARÉ SEGUIR CON MI NAVÍO...



Intentaré seguir, con mi navío,
a pesar de los vientos y galernas
para llegar con vida hasta ese puerto
donde el hogar y esposa allí me esperan.

Remaré sin descanso en esta vida
sorteando las brumas y las nieblas,
como antes lo hicieron mis ancestros
en el largo camino a la Barquera.

Quiero decir que sigo mi destino,
a pesar de los cruces y cunetas,
intentando tardar el menos tiempo
para encontrar la puerta bien abierta.

Pero sé bien el paso de las horas
y ese peso callado de la ausencia,
que oprime y atenaza a nuestras almas
restando los segundos de la vuelta.

Alguna vez mi barca fue un juguete,
un cormorán secándose en la arena,
una gaviota fiel, como las olas,
y un cascarón de nuez en la pecera.

Aunque también la barca de mi vida
pudo tomar los versos de la tierra,
como juntar heridas invisibles
en rosas marchitadas y violetas.

Un día llegará, nunca lo dudes,
en que la barca atraque a la ribera,
logrando que atrás queden temporales
a cambio de las rimas de un poema.

Entonces sonarán muchas campanas
y se abrirán ventanas y las puertas,
cerradas por los miedos y silencios,
de tantas fantasías y leyendas.

"...Intentaré seguir, con mi navío,
dijo una voz, buscando su respuesta,
pero era yo la voz del que gritaba
en medio de la vida y la tormenta..."

Rafael Sánchez Ortega ©
30/07/17

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