jueves, 4 de octubre de 2018

EN UNA TARDE GRIS...



En una tarde gris
sobraban las palabras,
quizás, por eso mismo,
sonaban las campanas,
llamaban al rosario
a gentes y beatas
y el patio de la iglesia
muy pronto se llenaba,
entraban en el templo
figuras encorvadas
guardando ese silencio
precioso de las almas,
sentábanse en los bancos
y en ellos susurraban
los labios tan inquietos
de jóvenes y ancianas...

En una tarde gris
un niño contemplaba
las nubes que corrían,
la vida con su magia,
y pronto se hizo hombre
dejando atrás la gracia,
los años tan dorados
de sueños y esperanzas
pasando de ese modo
a un mundo de nostalgias
de envidias y de guerras,
plagado de amenazas,
y un día, muy cansado,
sintió que le faltaba
la gracia y la alegría
del niño y de la infancia...

"...En una tarde gris
un hombre sollozaba,
quizás buscaba al niño
jugando con las hadas..."

Rafael Sánchez Ortega ©
13/09/18

14 comentarios:

  1. Esas tardes de novenas y beatas, de patios de catedrales, de aroma a incienso y cera, de faldas de uniforme y anhelo en mirada. Con esos racimos de dudas y cestillos de esperanzas, la tarde se iba durmiendo, cerrando la velada.

    Ahora, décadas más tarde, la mirada se posa en versos de un tiempo que queda lejano, y sin embargo ahí reposan recuerdos preciados.Un abrazo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Así es, Albada Dos, lo has bordado. Gracias por ver todo eso en estos versos.
      Un abrazo en la noche que comienza.

      Eliminar
  2. Nostálgico poema... y es que esas tardes siempre nos trasladan al ayer.

    Mil besitos en la tarde, amigo Rafael.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Cierto Auroratris, tienen esa peculiaridad.
      Un abrazo en la noche querida amiga.

      Eliminar
  3. Así es, al paso de los años nos damos cuenta de lo hermoso de nuestra niñez y juventud; pero el tiempo limita y dirige nuestras vidas. Luego, ya solo nos queda la añoranza, que surge de nuestra propia experiencia gris y nos transporta al pasado de un tiempo jamás olvidado.

    Felices sueños Rafael. Un abrazo poeta

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sí, Juan, así es. Gracias por tus palabras.
      Un abrazo en la noche.

      Eliminar
  4. Quizás las tardes grises den esa sensación , pero tan bien tienen el encanto de oír sonar las campanas..
    Un abrazo amigo ..dulces sueños.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Y ese sonido es maravilloso, Campirela, no lo dudes.
      Un abrazo en la noche.

      Eliminar
  5. Algunas tardes grises nos llenan de imágenes y poemas.

    Abrazo, Rafael.

    ResponderEliminar
  6. Esas tardes grises son necesarias para renovar recuerdos y valorar después la esperanza que trae el sol, porque todo empieza cada día de nuevo...Benditos días grises, que nos hacen madurar, Rafael.
    Mi abrazo madrileño soleado.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Es que cada día debemos renovarnos, María Jesús, como bien dices.
      Un abrazo.

      Eliminar
  7. Ese niño que nunca deja de regalarnos la capacidad de soñar, de creer, de crear, de tener fe, de conectarnos con lo más puro de nuestro ser. A ese niño hay que acariciarlo y abrazarlo siempre, con el alma ya que él nos conecta con nuestro ser esencial y divino.
    Un abrazo amigo, lindo domingo para ti.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Quizás es el niño que todos buscamos a lo largo de la vida, Paty.
      Un abrazo y feliz domingo.

      Eliminar