martes, 9 de octubre de 2018

FUE AQUEL VUELO...



Fue aquel vuelo, tal sutil, de las gaviotas,
el que unió nuestros destinos
con el viento del nordeste.

Fue tu mano, inmaculada, 
reposando en la barandilla del paseo, 
acariciada por la brisa.

Fue la magia y el hechizo del momento
el que hizo que te viera de una forma diferente,
y hasta pudo conseguir que desnudara
los botones de tu alma y tu vestido.

Fue, de pronto, que miramos más allá del horizonte 
intentando conseguir la hermosura 
con la imagen del navío prometido.

Y fue allí, recuerdo bien,
cuando cansadas tus pupilas 
y las mías
se volvieron Y nos vimos.

Rafael Sánchez Ortega ©
18/09/18

18 comentarios:

  1. Rafael, muy sugerente idilio, creo que veraniego por el clima que creas con tus versos.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  2. Ver(Se) en ese vuelo ensoñado donde la realidad aletea junto al halo de la magia…

    Muy hermoso e inspirador, querido amigo.

    Un abrazo grande, y muy feliz tarde.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias por tus palabras Ginebra.
      Un abrazo en la noche.

      Eliminar
  3. Los encuentros siempre son mágicos cuando no son esperados y surgen de una manera espontánea ..esa brisa trajo el amor en el viento ..
    Un abrazo en la noche.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias por verlo así, Campirela.
      Un abrazo en la noche.

      Eliminar
  4. No siempre que miramos vemos... pero si en un fragmento de tiempo lo hacemos... AMOR.

    Mil besitos en la noche, amigo Rafael.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Es cierto lo que dices, Auroratris.
      Un abrazo en la noche.

      Eliminar
  5. Poder mirarse es un regalo de amor, bello.
    Abrazo

    ResponderEliminar
  6. Verse así es maravilloso. Precioso poema. Abrazos

    ResponderEliminar
  7. Cuando ese instante mágico se produce...
    Un poema lleno de imágenes.

    Abrazo, Rafael.

    ResponderEliminar
  8. Muy bello. Cad uno mirando desde la barandillas hasta topar con las pupilas el otro. Desabotonar el alma, bajar las cremalleras de lo más íntimo que guardamos. Eso son miradas que se cruzan, dejando al universo sobrecogido.

    No hay nada como esa miradas que llegan a lso recovecos del corazón. Un abrazo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Cuando se desnuda el alma todo es mucho más sincero, Albada Dos, como bien dices.
      Un abrazo en la noche.

      Eliminar