Fue aquel vuelo, tal sutil, de las gaviotas,
el que unió nuestros destinos
con el viento del nordeste.
Fue tu mano, inmaculada,
reposando en la barandilla del paseo,
acariciada por la brisa.
Fue la magia y el hechizo del momento
el que hizo que te viera de una forma diferente,
y hasta pudo conseguir que desnudara
los botones de tu alma y tu vestido.
Fue, de pronto, que miramos más allá del horizonte
intentando conseguir la hermosura
con la imagen del navío prometido.
Y fue allí, recuerdo bien,
cuando cansadas tus pupilas
y las mías
se volvieron Y nos vimos.
Rafael Sánchez Ortega ©
18/09/18
Rafael, muy sugerente idilio, creo que veraniego por el clima que creas con tus versos.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias Fanny.
EliminarUn abrazo enn la tarde.
Ver(Se) en ese vuelo ensoñado donde la realidad aletea junto al halo de la magia…
ResponderEliminarMuy hermoso e inspirador, querido amigo.
Un abrazo grande, y muy feliz tarde.
Gracias por tus palabras Ginebra.
EliminarUn abrazo en la noche.
Los encuentros siempre son mágicos cuando no son esperados y surgen de una manera espontánea ..esa brisa trajo el amor en el viento ..
ResponderEliminarUn abrazo en la noche.
Gracias por verlo así, Campirela.
EliminarUn abrazo en la noche.
No siempre que miramos vemos... pero si en un fragmento de tiempo lo hacemos... AMOR.
ResponderEliminarMil besitos en la noche, amigo Rafael.
Es cierto lo que dices, Auroratris.
EliminarUn abrazo en la noche.
Poder mirarse es un regalo de amor, bello.
ResponderEliminarAbrazo
Gracias María del Rosario.
EliminarUn abrazo.
Verse así es maravilloso. Precioso poema. Abrazos
ResponderEliminarGracias Alicia.
EliminarUn abrazo.
Cuando ese instante mágico se produce...
ResponderEliminarUn poema lleno de imágenes.
Abrazo, Rafael.
Así es Verónica.
EliminarUn abrazo.
Muy bello. Cad uno mirando desde la barandillas hasta topar con las pupilas el otro. Desabotonar el alma, bajar las cremalleras de lo más íntimo que guardamos. Eso son miradas que se cruzan, dejando al universo sobrecogido.
ResponderEliminarNo hay nada como esa miradas que llegan a lso recovecos del corazón. Un abrazo
Cuando se desnuda el alma todo es mucho más sincero, Albada Dos, como bien dices.
EliminarUn abrazo en la noche.
Precioso momento...
ResponderEliminarAbrazos
...Para soñar Julieta.
EliminarAbrazos.