Aquel otoño,
tan bello y recordado,
atrás quedó.
Y allí quedaron
las hojas de las ramas
como una alfombra.
Era en el bosque,
el centro y el sagrario,
de tanta vida.
Y es que el otoño,
aquel que tanto añoro
me cautivó.
Tras un verano
de abrazos y pasión
fui a tu lado.
Juntos vivimos
auroras y suspiros
en nuevos días.
Y aquellas tardes,
de ocasos, despidiendo
al sol y el mar.
Pero tus besos
de otoño y de inocencia,
no los olvido.
Besos dorados,
en labios, que ofrecían
néctar y flor.
Rafael Sánchez Ortega ©
18/12/20
Abro con placer los comentarios Rafael, versos delicadamente tiernos recordando la ternura del amor
ResponderEliminarUn abrazo
Carmen
Gracias por tus palabras Carmen.
EliminarUn abrazo y feliz semana.
Otoño tiene ese esplendor de color, y amor, precioso poeta.
ResponderEliminarAbrazo
Gracias María del Rosario.
EliminarAbrazo.
Todo queda atrás y aunque regrese otro otoño sera diferente pero mientras tanto recordemos los bellos detalles de este pasado. Un fuerte abrazo
ResponderEliminarCierto Campirela, hagamos como dices.
EliminarUn abrazo en la noche.
Hay otoños que saben a primavera, sin duda.
ResponderEliminarUn abrazo y bonito día
Gracias Albada Dos y es cierto lo que dices.
EliminarUn abrazo y feliz día también para ti.
El otoño tiene "mala fama" por aquello de la nostalgia y la noche larga.
ResponderEliminarComo vemos en tu poema, el otoño es escenario y lienzo vibrante para los enamorados.
Abrazo, Rafael.
Gracias Verónica.
EliminarAbrazo.