Suena gramola.
Desgrana tus suspiros
maravillosos.
Llena mis días.
Altera mis sentidos.
Hazme vibrar.
Porque la música
es sangre para el alma.
¡Vitalidad!
Yo te recuerdo,
gramola de mi infancia,
y no te olvido.
Con tus canciones
soñé con otros niños
y otras ciudades.
Viví los juegos.
Soñé mil fantasías
y hasta reí.
Pero es el tiempo,
(¡maldito y despiadado!),
quien te alejó.
Y atrás quedaste,
en sombras y tinieblas
de algún desván.
Hoy te recuerdo,
preciso tus canciones
sobre mi piel.
Rafael Sánchez Ortega ©
19/12/20
Es que hay sonidos, y la granola y el organillos son muy clásicos, que nos llevan al ayer.
ResponderEliminarUn abrazo
Así es, Albada Dos.
EliminarUn abrazo.
La música esa gran amiga que nos acompaña en nuestros momentos mas tristes pero también los mas bellos, como no asociarla a las bellas letras de un buen poema el sonido de una gramola en una tarde de primavera...Un feliz resto de Lunes. Abrazos !!
ResponderEliminarGracias Campirela.
EliminarUn abrazo y feliz noche.
Veo la imagen y me viene el sonido de la gramola de mi tío.
ResponderEliminarAntes de Internet los sueños y la imaginación volaban de otro modo. El tiempo avanza y solemos añorar aquel pasado.
Abrazo, Rafael.
Es como dices, Verónica. Coincido contigo.
EliminarAbrazo.