Mira a los ojos
del niño que te busca
desde el pasado.
Deja, en silencio,
momentos y recuerdos
que le reclamas.
Él sigue vivo,
renace en tu presente,
sin darte cuenta.
Mira al espejo
el verso en tus pupilas
que tanto ansías.
Quizás no sepas
lo mucho que allí guardas
desde hace tiempo.
Es un desván
con arpas y poemas
abandonados.
Pero tus ojos
precisan esas notas
para tu alma.
Vuelan las hojas
doradas del otoño
y tú con ellas.
Porque, en el fondo,
un tierno corazón,
sigue latiendo.
Rafael Sánchez Ortega ©
21/12/20
El final es un gustazo, siempre seguirá latiendo, preciosos versos un abrazo desde mi brillo del mar
ResponderEliminarGracias Bea.
EliminarUn abrazo.
Hay que mirar el niñ@ que llevamos dentro porque a pesar de una edad física ese matiz esta ahí ..y es bonito verlo y sentirlo. Un abrazo .
ResponderEliminarCierto, Campirela.
EliminarUn abrazo en la noche.
Nunca olvidemos el niño que fuimos. Le necesitamos todavía más según nos hacemos mayores, y la vida se nos pone más seria.
ResponderEliminarMuy hermosos versos.
Gracias Galilea.
EliminarUn abrazo.