Lloran los ojos
heridos por la niebla
que impiden verte.
Y es que precisan
la luz de tus pupilas
y su alegría.
Afuera cantan,
ajenos, los gorriones
en el jardín.
Hasta una rosa
se muestra, en la mañana,
algo mojada.
Es el rocío,
llegando hasta sus pétalos
tan primorosos.
Pero tus ojos,
llorosos no ven esto
con su belleza.
Y yo preciso
que vean y me digan
lo que tú ves.
Porque estoy ciego,
mis ojos, sin tus ojos,
están a oscuras.
Tú eres mi guía,
mi faro y lazarillo.
Sigo tus pasos.
Por eso seca
y alegra tus ojitos,
"mi mariposa".
Rafael Sánchez Ortega ©
31/03/23
Seguro que la mariposa hace caso de estos versos, si se lo pides así con la dulzura y magia que te caracteriza. Feliz finde Rafael, un abrazo.
ResponderEliminarGracias Carmen, me hiciste sonreír.
EliminarUn abrazo.
Ver triste a quien se quiere nos parte.
ResponderEliminarAsí es.
Abrazo, Rafael.
Tienes razón Verónica.
EliminarAbrazo.
No hay peor pena que no ver, pero aún es peor el que no quiere ver con el alma las cosas bonitas que pasan cada día.
ResponderEliminarUn beso, feliz sábado.
Gracias Campirela.
EliminarUn abrazo y feliz finde.
Bella siempre la mariposa que te inspira versos deliciosos.
ResponderEliminarEs la época de las "mariposas", es primavera.
EliminarUn abrazo Galilea y gracias.
Que mejor refugiarse en los ojos de alguien querido , ya que son el espejo del alma . Un abrazo!!!
ResponderEliminarGracias Merce.
EliminarUn abrazo y feliz domingo.
Que la mariposilla abra sus ojos, nuevamente, y te llene de luz.
ResponderEliminarUn abrazo
Gracias Maripau.
EliminarUn abrazo.