Aquella silla
de casa de la abuela
tenía encanto.
La recordaba
de verla en unos años
en que era niño.
Silla movible
que en ella dormitaba
siempre el abuelo.
Algunas veces
me hablaba de sus viajes
y de la pesca.
Yo me sentaba
en el suelo, escuchando
atentamente.
Así seguía
su historia por los mares
y algunos puertos.
Él con su pipa
fumaba y proseguía
las narraciones.
Era bonito
aquel rato precioso
que no puedo olvidar.
Hoy son recuerdos
nostalgias de un pasado
y de la infancia.
Rafael Sánchez Ortega ©
31/05/23
Hay recuerdos que van unidos a esas personas que formaron parte de nuestras vidas, y los abuelos son esenciales.
ResponderEliminarEsa silla será siempre de él.
Un fuerte abrazo.
Cierto, Campirela, es como dices.
EliminarUn abrazo.
Maravillosos momentos se pasaba con los abuelos. ¡Cómo no recordarlos con dulzura! Linda imagen y poema. Un abrazo amigo.
ResponderEliminarGracias por tus palabras Ceciely.
EliminarUn abrazo.
Precioso, momentos mágicos
ResponderEliminarUn abrazo
Gracias Maripau.
EliminarUn abrazo.
Los muebles y recuerdos de los seres queridos son fundamentales, en ellos están impresos sus valores, costumbres y sentimientos...Hermosa silla, que conserva su eterno espíritu.
ResponderEliminarMi abrazo agradecido compañero.
Se van, pero dejan sus enseres impregnados de su vida. Es casi mágico cómo nos hablan de ellos...
ResponderEliminarMuy hermoso ❤️