El mar en calma
despierta en la mañana
del nuevo día.
Abre los ojos
y vuelven las resacas
hasta la playa.
Las olas blancas
estiran sus cabellos
llenos de algas.
Huele a salitre,
a yodo y a sal muera...
¡Así es el mar!
Tú, mientras tanto,
recoges mariposas
con mucho celo.
Dejan ternura
tus ojos y pupilas
en la mañana.
Porque reciben
el canto de sirenas
y las corales.
Es centenaria
la música sin nombre
que se recibe.
Viejos ochotes,
algunos centenarios,
de los marinos.
Aquellos pechos
y manos vigorosas
de hombres del mar.
El mar en calma
te llama en la mañana,
vete a su encuentro.
Rafael Sánchez Ortega ©
18/06/23
Ir al encuentro del mar debe ser como volar hacia la libertad, ver esa inmensa masa de agua azulada es como sentirla aunque ni tan siquiera te llegues a mojar.
ResponderEliminarUna feliz semana. Besos.
Es como dices, Campirela.
EliminarUn abrazo y feliz semana.
Y a veces las olas se visten de faralaes y adornan el horizonte, el mar libertad, es vida y paisaje idílico. Un abrazo
ResponderEliminarGracias Ester.
EliminarUn abrazo.
El poema fluye con la melodía interna del pulso de la marea.
ResponderEliminarY reluce.
Abrazo, Rafael.
Gracias por verlo así. Verónica.
EliminarAbrazo.
Nos has acercado tu mar inmenso y lleno de inspiración, Rafael...Aquí en la Mancha, sólo llanuras inmensas, que también nos hacen soñar...Gracias por el poema.
ResponderEliminarMi abrazo entrañable siempre.
Gracias María Jesús.
EliminarUn abrazo.
Me ha llegado el olor a mar.
ResponderEliminarMuy bello ❤