Cuando termina
la música sin nombre,
llega la noche.
Acaba el día,
se apagan los sonidos,
vienen las sombras.
En las arenas
de playas y rompientes
suenan resacas.
Vienen de lejos,
de mares misteriosos
donde hay sirenas.
Y en esa música
que duerme en el silencio
viven los sueños.
Vibran colores,
ternura con caricias
y muchos versos.
La poesía
descansa en el regazo
de las estrellas.
Hasta que un niño,
que quiere ser poeta
llega a su lado.
Y la rescata,
da vida a los violines
con nuevo brío.
Así es la vida,
retazos de ternura
y poesía.
Rafael Sánchez Ortega ©
12/06/23
La noche es la mitad de la vida y suele ser la mejor mitad. Un abrazo
ResponderEliminarY tiene magia, Ester.
EliminarUn abrazo.
Así es la vida,
ResponderEliminarretazos de ternura
y poesía.
No hay más que decir, solo sentir.
Un abrazo, feliz martes.
Gracias Campirela.
EliminarUn abrazo y feliz martes.
Así es la vida de un niño poeta que sueña con música y se eleva con ella. bella poesía, me encantó.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias María Rosa.
EliminarUn abrazo.
Muy bonito leerte, la música es vida siempre, venga de donde venga.
ResponderEliminarAbrazo
Gracias María del Rosario.
EliminarUn abrazo.
aplausos guapo!
ResponderEliminarGracias a ti Recomenzar.
EliminarUn abrazo.
Ese niño que rescata a la poesía, ese es quien defenderá cada verso que nazca en su corazón.
ResponderEliminarUn abrazo, Rafael
Gracias Maripau.
EliminarUn abrazo.
Lindos retazos nos dejas.
ResponderEliminarBesos.
Gracias Laura.
EliminarBesos.
Preciosas imágenes en tus versos ❤👏🏼
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