En el principio
el mundo era un vacío
y nada había.
Surgió la luz
de mano misteriosa
e inexplicable.
Y con la luz
brotaron margaritas
del universo.
Astros, planetas,
estrellas vagabundas
y los cometas.
¡Cuánta grandeza
nos vino regalada
desde los cielos!
De todas formas
habrá quien esto juzgue
de otra manera.
Pero no importa.,
pasamos de un vacío
a estar repletos.
Hoy nos agobia
el mundo en que vivimos
teniendo tanto.
Antes, con poco,
vivían muy felices
nuestros ancestros.
Yo, me conformo,
con ver mi mariposa
con su sonrisa.
Y cada día
le mando mis suspiros
para sus labios.
Rafael Sánchez Ortega ©
04/06/23
De esa nada, ¿qué queda?, ese ser homínido que es capaz de amar, y de odiar también.
ResponderEliminarUn abrazo
Gracias Maripau.
EliminarUn abrazo.
Hola Rafael. Bello poema, tenemos tanto y no ciudamos nada. La naturaleza es un regalo que nos alimenta el espiritu. Un abrazo.
ResponderEliminarAsí es María Rosa.
EliminarUn abrazo.
Tu poesía refleja que para ser feliz no hace falta tantas cosas, no se es más por ello yo me atrevería a decir que al contrario , para ser feliz solo hace falta comunicación y esa cada vez hay menos. Un beso, amigo.
ResponderEliminarGracias por tus palabras Campirela.
EliminarUn abrazo y feliz día.
Qué de verdades, Rafael.
ResponderEliminarAbrazo.
Gracias Verónica.
EliminarAbrazo.