Aquellas vocaciones,
lejanas, de la infancia,
rescato del olvido
y vuelven a mi alma.
Recuerdo que en cole
pintaba musarañas
queriendo ser Picasso
pintor de grande fama.
También curaba heridas
con sangre imaginaria,
cuál médico en combate
poniendo cataplasmas.
Después fui marinero
en mares de piratas
llevando galeones
a tierras muy lejanas.
Un día, y en la iglesia,
pensé que la sotana
podía entre latines
dar muestras de su gracia.
Dudé con la tarima
del profe y la pizarra
cambiando la tonsura
por trajes y corbatas.
Y luego de mil dudas
me dio por la labranza
cuidando los tomates,
alubias y patatas.
Me supo a poco, esto,
pasándome a las armas
y quise ver la guerra
vistiendo la chamarra.
Aquello fue un momento,
apenas duró nada
cambiando a panadero
luchando con su masa.
¡Qué grandes vocaciones
de niños con sus alas
creando fantasías
y enormes telarañas!
La infancia se detiene,
la juventud avanza
y vuelvo con mis sueños
a ver dónde se plantan.
No tengo más estudios
que sueños en la playa,
con olas en desorden
llegando en la resaca.
He sido un vagabundo,
quizás tan solo un paria,
embrión de alguien difuso
perdido en la distancia.
Ahora escribe un poco
mi pluma muy quebrada,
y quiero ser poeta
de versos y metáforas.
Medidas asonantes,
rimas alambicadas
romances y sonetos
hoy nacen y se callan.
Así mis vocaciones
reviven y se plasman,
y vuelven las locuras
del tiempo de la infancia.
Yo ansío aquéllos años,
aquel soñar sin pausa,
urdiendo mil proyectos
quedando siempre en babia.
Hoy soy un jubilado
que juega a la petanca,
de aquellas vocaciones
espero, al mes, la paga,
maldigo a quien gobierna
también a los que mandan
pues son unos ineptos
que parten bien la tarta.
La plata del Estado,
de impuestos está harta
y olvidan vocaciones
de tontos que trabajan,
haciéndolo a destajo
sin fiestas ni libranzas
dejando sus destinos
en sueños y en la nada.
¡Benditas vocaciones
que tuve en esta Arcadia,
del mundo y de la vida
de un tiempo de la infancia!
Rafael Sánchez Ortega ©
07/04/23
Aquel soñar sin pausa urdiendo mil proyectos....Es un poema ecantador. Besos
ResponderEliminarGracias Inma.
EliminarBesos.
Precioso poema,un tanto reivindicativo , que nunca esta de más.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo,
Fue un trabajo para el TAller de Escritura, Campirela.
EliminarUn abrazo y gracias.
Cuando somos niños volamos con la imaginación . Y ahora esta imaginación es plasmada con bella pluma. Precioso poema, Rafael.
ResponderEliminarMil besitos y feliz día ♥
Es cierto Auroratris.
EliminarUn abrazo.
Suscribo tu poema ante la imposibilidad de poderlo igualar, me has traído recuerdo (buenos) y has despertado la mala leche al pensar en que los que nos engañan creen que les creemos. Un abrazo
ResponderEliminarGracias por tus palabras Ester.
EliminarUn abrazo.
Hermoso rememorar las hazañas, travesuras y pensamientos de la infancia, es un buen aliciente para volar y no detenerse en los momentos actuales, que son muy distintos a la lejana infancia. Tu puedes con tus poemas, despegar tus pies y volar rn cualquier momento!!! Abrazos!!!
ResponderEliminarGracias por tus palabras Merce.
EliminarUn abrazo y feliz miércoles.
Que lindos recuerdos , la infancia siempre regresa y nos reflejamos en esos recuerdos con la emoción que la inocencia nos despierta. hermoso poema Rafael.
ResponderEliminarmariarosa
Gracias por tus palabras y comentario María Rosa.
EliminarUn abrazo.
Esas vocaciones de infancia, cómos se fueron transformando. Un bellísimo canto a esa edad de soñar despierto, pensando en las murarañas.
ResponderEliminarUn abrazo, Rafael
Gracias por tu comentario Maripau.
EliminarUn abrazo.