Y la campiña
nos habla sin palabras,
con su figura.
Ese lenguaje
tan rico a la mirada
es suficiente.
Con él nos llena,
embriaga los sentidos
y alegra el alma.
Hablan las flores,
las plantas y cultivos
y hasta la aldea.
Árboles recios,
hayedos y robledos
de algunos bosques.
Casas aisladas,
cabañas y camberas
junto a las sendas.
Y las cigüeñas,
altivas y señeras
del campanario.
Todo es un cuadro,
belleza de colores
para los ojos.
Y ante esta imagen,
nosotros, los poetas,
solo soñamos.
Rafael Sánchez Ortega ©
23/11/23
Ante la campiña, su brisa, sus flores y la serenidad que aporta a la mirada, es un lugar perfecto para inspirarse y para ensimismarse.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo, Rafael
Cierto Maripau.
EliminarUn abrazo.
Con tu poesía, dan ganas de respirar hondo, es como un oasis verde y azul... luego de humo gris y negro. Hace muy bien mirar esos paisajes, te alivian el alma amigo.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo para ti.
Paty
Gracias por tus palabras Paty.
EliminarUn abrazo y feliz viernes.
La naturaleza, con sus colores, sonidos y fragancias, llenan el alma del poeta.
ResponderEliminarTodo es poesía. Todo son estrofas :)
Abrazo, Rafael.