Se va apagando el silencio
y tú acudes, soledad,
llegas sin prisa y sin nombre
como las olas del mar.
Vienes con viejas canciones
y el silencio sepulcral,
que devuelven las aldeas
solitarias, por su edad.
Y así los hombre se duermen
y no piensan en el pan
que les falta y que consiguen
con el sudor de su faz.
La soledad, en la vida,
se consigue sin pensar,
ya que acude hasta tu lado
con sonrisa de cristal.
"Se va apagando el silencio"
y hasta calla el tulipán
del corazón del poeta
que suspira sin cesar.
Es transparente, y lo sabes,
un suspiro y nada más,
un vacío para el cuerpo
y para el alma su hogar
Rafael Sánchez Ortega ©
05/02/24
Bellissima!
ResponderEliminarUn caro saluto
Gracias Giorgio
EliminarUn saludo.
La soledad llega sin avisar, se instala y a veces hay que sacarla por la fuerza, pero ha de regresar al ligar de origen.
ResponderEliminarFeliz noche.
Cierto Campirela, es como dices.
EliminarUn abrazo.
La soledad se nota más con la edad, peor sin ella no hay verso escrito, ni pensamiento profundo, ni lectura completa.
ResponderEliminarQue la soledad sea el aliado de los poetas. Un abrazo fuerte, Rafael.
Forma parte de nuestra vida, Maripau.
EliminarUn abrazo.
La soledad es una gran compañia es como la nostalgia pero no sirve para permanecer en ella. Abrazos
ResponderEliminarLa soledad siempre encuentra su sitio.
ResponderEliminarMuy bueno tu poema. ❤
La soledad no buscada es la peor, otra cosa es cuando tú prefieres estar sola...
ResponderEliminarBesos.
Qué mala e insistente es la soledad cuando ni se busca ni se desea.
ResponderEliminarAl menos los creadores pueden evadirla y sacar arte de ella aunque sea por unas horas.
Abrazo, Rafael.