A veces las palomas
pasean por el parque,
y van picoteando
con porte muy galante.
Afuera el vecindario
camina por las calles,
con rumbo hacia mil sitios
con pasos más bien suaves.
La fuente canturrea
y deja con raudales,
el agua cantarina
de montes y de valles.
La nieve se ve lejos,
detrás de los estanques
brindando su blancura
en crestas ancestrales.
Ya pasan los flamencos,
en vuelo de la tarde,
dejando unos suspiros
a quien osa mirarles.
"Susurros de un poeta,
me digo en un aparte,
y pienso en quien yo quiero
mis besos entregarte."
Rafael Sánchez Ortega ©
07/02/24
Ese vuelo de flamencos, qué belleza de color vivo.
ResponderEliminarPor la poesía que emerge de vistas bellas, porque la poesía anida sólo en quien la espera, o la busca, o la encuentra. Un fuerte abrazo, Rafael..
Gracias por sentir así la poesía, Maripau.
EliminarUn abrazo en la tarde.
Una poesía que es un paisaje de tu bella tierra.
ResponderEliminarAbrazo.
Gracias María Rosa.
EliminarUn abrazo.
¡Ole y ole! Eso es escribir, si señor. Saludos cordiales..
ResponderEliminarGracias Julia, me alegro de que te guste.
EliminarUn saludo.
Otro vuelo al amor.
ResponderEliminarTodo un poema, felicidades.
Abrazo, feliz finde.
Gracias Campirela.
EliminarUn abrazo y feliz finde.
Y mientras la vida, el poema.
ResponderEliminarAbrazo, Rafael.
Gracias por éste y todos los comentarios que has dejado Verónica. Eres muy generosa.
EliminarUn abrazo.