Ha venido febrero
caluroso y sin nieve,
con los cielos azules
y sin lluvia que riegue.
¡Qué febrero tan raro
y qué invierno infrecuente,
con ausencia de lluvias
y de nieves perennes!
Hay secura en los campos,
y premura en el verde,
que precisa la tierra
que sin agua se muere.
Unos rostros ancianos
hoy arrugan las frentes,
no comprenden al tiempo
de un febrero que duerme.
Hay sonrisas amargas
y silencios presentes,
en la vida que pasa
y susurra sandeces.
Es un cambio, nos dicen,
el de un clima caliente,
que trastorna los ritmos
de semanas y meses.
Yo no sé si esto es cierto
o un rumor de la gente,
pero miro al pasado
y recuerdo unas sienes.
Eran blancas montañas,
aldeanos monteses,
y un abuelo ceñudo
con su faz sonriente.
Me enseñó muchas cosas,
(a jugar sin juguetes),
a crear y dar vida
a muñecos de nieve.
"...Ha venido febrero
caluroso y ausente,
y los hombres suspiran
por la lluvia en las fuentes..."
Rafael Sánchez Ortega ©
15/02/24
Con el cambio climático hace rato que las estaciones se han desfigurado , es una pena de negligencia humana
ResponderEliminarBuen fin de semana 👍
Así es Eli, gracias.
EliminarUn saludo y feliz finde también para ti.
Ese anciano que decía refranes, tal vez ahora no entiende nada de esos cambios climáticos, que no cesarán. España se desertiza sin remedio.
ResponderEliminarUn abrazo grande, Rafael.
Gracias Maripau.
EliminarUn abrazo.
Cuánta verdad hay en este poema, Rafael.
ResponderEliminarNo sé si es lo que entendemos por "cambio climático", o es un ciclo como ha habido, pero es innegable que hay un cambio.
Esto no viene de golpe. Ya hace que viene ocurriendo. Dicen que este año no ha invernado el oso.
Abrazo, Rafael.