He vuelto a la ventana de la vida
a mirar a los niños en la calle,
y a buscar, en sus manos, los juguetes,
que alternaban las horas de la tarde.
Pero en julio el calor es tan intenso
que el vacío se corta con el aire,
y no vi, en la plaza solitaria,
la figura jugando en ese instante.
Entonces he mirado en el espejo
para ver otra imagen agradable,
y también me quedé como un idiota
con mi rostro pasmado en su detalle.
Observando a la cara conocida
recordé testimonios y pasajes,
otros tiempos de infancia y juveniles
que formaron el alma y el carácter.
Aunque es mucho decir eso del alma,
ya que el alma precisa realidades,
aunque nutra su esencia de los sueños
para luego dormir en los trigales.
A veces, muchas veces, es la vida
la que ofrece la puerta, tan amable,
para ir a otro mundo diferente
y, a la vez, a otras calles y ciudades.
Porque el alma se nutre de esperanzas,
aunque sea su búsqueda constante,
de esa luz que vislumbra por la noche
con destellos y visos de mensajes.
Es la luna cargada de ternura,
las estrellas con brillos elegantes,
y la niebla y la bruma de las sombras
que desprenden, sin prisa, los marjales.
"...He vuelto a la ventana de la vida
y allí vi los motivos de la sangre,
del ese amor que se busca y no se encuentra
a pesar de llamar a cualquier parte..."
Rafael Sánchez Ortega ©
06/07/17
Qué bonito tu poema, amigo Rafael, volver a la ventana de la vida, la que ofrece ciudades con almas, entre sombras y prisas.
ResponderEliminarMe ha encantado este poema.
Besos en la tarde.
Gracias María, me alegro de que te gustaran estos versos.
EliminarBesos.
Asomarse a la ventana de la vida es mirar más allá del centro de la plaza... es ver las cuatro esquinas y en el centro... tú.
ResponderEliminarUn poema muy bonito y muy real, amigo Rafael.
Mil besitos en la noche.
Sí, Auroratris, tienes toda la razón.
EliminarUn abrazo en la noche.
Observar más allá de todo, para sentir
ResponderEliminarMi beso, Rafael, siempre encantada de leerte
Gracias por tu visita Ame.
EliminarUn abrazo en la noche.
Me dejas sin palabras, Rafa. Seguro que si miras a tu alrededor, alguien hay que te quiera.
ResponderEliminarPor ejemplo yo.
Un abrazo.
Gracias sinceras Tecla.
EliminarUn abrazo inmenso, querida amiga.
El alma se nutre de esperanzas y poesía también . Saludos Rafael
ResponderEliminarCiertamente es como dices Edith.
EliminarUn abrazo.
A veces miramos al espejo
ResponderEliminarrecordamos el pasado
y poco de aquello queda
por suerte tb hay espejos
en el hoy
:-)
un abrazo
Sin duda que sí, MaRía.
EliminarUn abrazo.
Has abierto la ventana de la vida y se airean los sentires.
ResponderEliminarBesos y buen día.
Me alegro de que lo veas de esa manera, Carmen.
EliminarBesos y linda tarde.
Bello poema, en que la búsqueda parece infructuosa, hasta que se deja de buscar. Lo mejor es ser, para ser el buscado...
ResponderEliminarUn abrazo amigo.
Totalmente de4 acuerdo Paty.
EliminarUn abrazo.
Rafael, como bien dice tu poema, el alma necesita sueños y realidades para seguir adelante...Y en la ventana de la vida encontramos siempre el motivo que nos alienta y nos eleva, ese amor divino que todos los días nos deja su luz y su fortaleza a través de tantas cosas y personas.
ResponderEliminarMi felicitación y mi abrazo, amigo.
Es que sin ese binomio de sueños y realidades la vida no sería tan hermosa, María Jesús.
EliminarUn abrazo y gracias.
Cada tanto nos asomamos a esa vida.
ResponderEliminarEn este poema ese asomo se ha ido desarrollando en reflexiones.
Muy bueno.
Abrazo, Rafael.
Gracias por tus palabras Verónica.
EliminarUn abrazo.
Que puedo decir luego de este poema maravilloso, la ventana de la vida lo dice todo, grandioso Rafael.
ResponderEliminarAbrazo
Gracias María del Rosario.
EliminarUn abrazo.