Voy viajando por el tiempo
sin billete ni equipaje
y no sé dónde se encuentra
la estación de mi destino.
Esa piel con la que sueño,
ese labio tembloroso,
ese cuerpo estremecido
y los ojos tan hermosos
que me presten su sonrisa.
Me despierto de las sombras
y te busco enfebrecido.
Ya no quiero tantos sueños,
ni proyectos ni suspiros.
Es tu cuerpo, el universo,
la estación que estoy buscando,
y ya veo en lontananza
el andén tan perseguido.
En él bajo y me detengo
rebuscando en sus rincones
cada poro de tu cuerpo,
de tu alma, y tus sentidos.
Rafael Sánchez Ortega ©
23/07/17
Ainss me encanta este poema, sensual, y sentido, me llegó muy adentro, Rafael, es precioso.
ResponderEliminarSu cuerpo el universo y la estación que buscas...
Madre mía, qué belleza.
Un placer leerte.
Besos en la tarde.
Gracias María por apreciar estas breves líneas.
EliminarUn beso en la tarde.
Tal vez ese sueño está buscando a su buscador. Tal vez ese sueño, sueña lo mismo. Un bello sentimiento el que expresas Rafael!!! Un abrazo para este final de semana y ojalá la siguiente sea muy buena.
ResponderEliminarGracias por tus palabras y deseos Paty. Me gustaría que todo fuera bien par ti en esta semana que comienza.
EliminarUn abrazo.
Un viaje al amor y un hermoso poema.
ResponderEliminarmariarosa
Gracias María Rosa.
EliminarUn abrazo.
Un bello viaje a la vida.
ResponderEliminarAbrazo
Gracias María del Rosario.
EliminarUn abrazo.
Un día el tren llega a destino.
ResponderEliminarY mientras, poemazo.
Abrazos, rafael.
Esperemos que llegue pronto esa estación Verónica.
EliminarAbrazos.
El mejor destino, su piel. Precioso poema.
ResponderEliminarBesos.
Gracias Pilar.
EliminarUn abrazo.