¡Qué bellos los recuerdos
que llegan cada instante,
un día de noviembre
en un banco del parque!
Asoman pentagramas
y notas admirables,
con gotas de rocío
que son como cristales.
Es llanto de los cielos,
suspiros de los ángeles,
que surgen de la niebla
del tiempo y las edades.
Contemplas las ardillas
que suben a los árboles
y exprimen de las ramas
el cáliz de su sangre.
Benditas primaveras
y otoños con saudades,
que vuelven a la vida
en tardes agradables.
Recuerdo tu figura,
surgiendo de los mares,
en ojos de un poeta
y joven principiante.
Estaba enamorado,
vivía aquel instante,
te amaba locamente
y tú no lo notaste.
¡Es bello aquel recuerdo,
no importa el desenlace,
amar siempre es bonito
juntando el alma y sangre!.
Te quiero todavía
y sé que tú lo sabes,
estás en mis recuerdos
y espero que me alcances.
Estoy en este banco,
en un rincón del parque,
aquel donde soñamos,
amarnos cada tarde.
Rafael Sánchez Ortega ©
10/04/24
Sin esos recuerdos, bellos y menos bellos, no seríamos nada, o lo que somos ahora. Preciosos versos en honor a los recuerdos.
ResponderEliminarFeliz día Rafael. Un abrazo
Gracias Carmen.
EliminarUn abrazo y feliz tarde.
Desde el rincón del parqué, qué dulces recuerdos.
ResponderEliminarUn abrazo fuerte, Rafael.
Gracias Maripau.
EliminarUn abrazo.
Románticos y bellos recuerdos de un juvenil tiempo.
ResponderEliminarmariarosa
Gracias María Rosa.
EliminarUn abrazo.
Romanticismo en tus letras. Bellos recuerdos en ese parque que nos deleitó en el pensamiento de tiempos pasados.
ResponderEliminarUn abrazo Rafael.
Gracias Campirela.
EliminarUn abrazo.
Madre mía. Que poema más auténtico, Rafae. Una preciosidad. Me ha chiflado. De amor y romance en los recuerdos de banco de un parque... Con toda su rima.
ResponderEliminarSaludos
Mónica
Gracias Mónica, me alegro de que te gustara.
EliminarUn saludo y feliz día.