La gracia de los niños
brillaba por sus caras,
las manos infantiles
jugaban en el playa.
Hacían, con la arena,
castillos y montañas,
murallas y canales
con fosos y con agua.
¡Bendita la inocencia
nacida de estas almas,
llevando hasta sus juegos
los sueños y la magia!
Los sueños infantiles
surgiendo de la nada,
en cuentos y relatos
que había por sus casas.
Se juntan los amigos
con cubos y con palas,
hay risas y empujones
y labios con su gracia.
Los ojos de los padres
admiran, sin palabras,
el cuadro, y ese instante,
de playas y de algas.
Conjunto sugerente
de ideas y de calma,
sin nieblas y sin brumas
que dejen telarañas.
La gracia de esos años
son versos que se guardan.
recuerdos que se archivan
y duermen en las almas.
Por eso los suspiros
regresan a esa estancia,
la infancia y unos años
con niños en las playas.
Rafael Sánchez Ortega ©
14/04/24
La playada queda muy bien adornada con los niños. Esa gracia irrecuperable, aunque es cierto que todos llevamos ese niño/a dentro de nosotros. Feliz día Rafael. Un abrazo
ResponderEliminarGracias Carmen.
EliminarUn abrazo.
Es hermoso verlos a los niños jugar en la arena y a los más pequeños cuando se asustan con las primeras olas que los mojan. Un lindo poema que renueva recuerdos.
ResponderEliminarmariarosa
Gracias María Rosa.
EliminarUn abrazo.
Esos locos enanos, como dice la canción de Serrat, son la alegría de la vida. Un beso, feliz noche.
ResponderEliminarGRacias Campirela.
EliminarUn abrazo y feliz día.
Es alucinante ver cómo juegan los críos en las playas, con nada hacen de todo, y con la simple arena montan mundos preciosos.
ResponderEliminarUn abrazo fuerte, Rafael.
Es como dices, Maripau.
EliminarUn abrazo.