El viaje en aquel tren
sin duda, lo recuerdo,
marchaba a la ciudad
a ver algunos médicos.
Tenía algún problema
causado por los nervios,
de infancia, y privaciones,
febril y bien diversos.
No olvido la estación,
vagones y humo negro,
producto del carbón,
y el grito de los frenos.
Salimos de la aldea,
quizás, más bien del pueblo,
dejando atrás el mar,
y el muelle junto al puerto.
Subimos a un vagón
con dulce traqueteo,
y fuimos por las vías
a ver a los galenos.
No importa la consulta,
si acaso el movimiento,
de gentes y de calles
rompiendo aquel silencio.
El viaje en aquel tren
rompió mis sentimientos,
y entonces vi, en mi vida,
la paz que dan los sueños.
"Se sueña sin viajar
y el mundo es más sincero,
aunque, también, hay viajes
que solo son un sueño."
Rafael Sánchez Ortega ©
25/04/24
Me gusto ese final, viajes que a veces son un sueño.
ResponderEliminarPues soñemos pues.
Besotes, feliz viernes.
Gracias Campirela.
EliminarUn abrazo.
Yo tomé algunos trenes, de carbonilla tiznada toda yo, siendo muy niña. Me acordaba el otro día. Junto al pan y el trozo de chocolate dentro.
ResponderEliminarPor lo que nos llevamos, porque esta generación ha visto los cambos tecnólogicos más rápidos de la historia. Un fuerte abrazo, Rafael.
Gracias por tus palabras Maripau.
EliminarUn abrazo y feliz domingo.
Precioso ❤❤❤
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