Carecen de sentido
las guerras y batallas,
libradas por los hombres
en nombre de una causa.
No existen las razones
del pueblo que desangra,
la paz de las familias
por una eterna fama.
Se vive, deseando,
tener todas las gracias,
los bienes y riquezas
que envidian las pestañas.
Por eso no escuchamos
las voces de las almas,
los llantos y suspiros
de niños en su infancia.
Tampoco comprendemos
de envidias y patrañas,
sembradas por las gentes
con mentes alocadas.
Nacemos deseando
y ansiamos la esperanza,
de amarnos mutuamente
sin guerras tan odiadas.
Pero esto no es posible
y el odio, con sus garras,
desgarra corazones
y cambia amor por nada.
¡Maldigo a tanta guerra
que rompe paz y calma,
y busco la utopía
del alma atormentada!
(Los sueños son bonitos
y surgen de la nada,
las guerras tienen odios
y sangre en sus entrañas)
Rafael Sánchez Ortega ©
15/04/24
Solo les importa su estatus y arrebatos. Las familias en último lugar.
ResponderEliminarFeliz día Rafael.
Un abrazo
Gracias Carmen.
EliminarUn abrazo.
Palabras que repudian el horror de las guerras, que solo dejan miserias y males a las gentes, odios y más envidias.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo, en este miércoles.
Gracias Campirela.
EliminarUn abrazo en la tarde.
Tu poema es el testimonio de todos los que deseamos la paz en el mundo.
ResponderEliminarPero los que mandan no sienten lo mismo y los que venden armas menos.
Abrazo.
Gracias María Rosa.
EliminarUn abrazo desde España.
Ninguna guerra vale la pena, el rendimiento neto siempre es dolor.
ResponderEliminarBuen canto a la paz. Un fuerte abrazo, Rafael.
Gracias Maripau.
EliminarUn abrazo desde Cantabria.
Rafael, hermoso poema.
ResponderEliminarNadie quiere las guerras, hay negocios con ellas, gente que se hace de millones a costa de la sangre del pueblo.
los que están arriba dando ordenes están muy cómodos facturando.
Un placer leerte
Cariños y besos
Gracias "El Sentir" por tus palabras.
EliminarAbrazos.
La guerra nos muestra al hombre vacío de valores, lleno de ego, orgullo y ansía de poder...Cuándo se darán cuenta de que el espíritu no crece, permanece a ras del suelo con instinto puramente primitivo...Es una pena, nos tienen a todos en vilo, amigo...Muy buena crítica.
ResponderEliminarMi abrazo y mi ánimo Rafael.