Ya suenan las campanas
y afloran las sonrisas,
es día de verano,
también de romería.
Las casas de la aldea
demuestran su alegría,
luciendo en sus balcones
las flores más bonitas.
fachadas blanqueadas,
ventanas y cornisas,
pintadas y mostradas
al ojo del turista.
Se escuchan panderetas,
rabeles y con prisas
en medio de las voces
que cantan y que animan.
Ya marchan para el campo
y van hasta la ermita
del Santo y del patrono
que reza por sus fincas.
Las hazas y sembrados
ofrecen las semillas
y el fruto de la tierra
se funde con la risa.
Es fiesta en una aldea
y todos van a misa,
quizás para encontrarse
y unirse las familias.
Al rato, de la iglesia,
después de la homilía,
vendrán las reuniones
en corros y comidas.
Será bajo la sombra,
en prados y en orillas,
charlando y degustando
la cesta y la cocina.
El baile por la tarde,
con música sencilla,
seguido de verbena
y traca malnacida.
Ya suenan las campanas,
la fiesta bien se anima,
será por unas horas,
huir de la rutina.
Soñar con la esperanza
de un mundo y de una vida,
que acerque los deseos
de paz para vivirla.
Rafael Sánchez Ortega ©
31/07/24
Buen dìa Rafael!!! con tan chispiante y colorida poesia me has llenado de alegrìa. Poder sentir esa emociòn de las fiestas regionales, que habrà vivido mi padre, fruto de esa tierra. Un gran abrazo!!!
ResponderEliminarGracias por tus palabras Merce.
EliminarUn abrazo.
Que lindo recuerdo de las romerias donde la vida de los pueblos se hace fiesta.
ResponderEliminarMariarosa
Gracias María Rosa.
EliminarUn abrazo.
Las fiestas entre vecinos y amigos, es pura alegría, que lo disfrutes mucho.
ResponderEliminarAbrazo
Gracias María del Rosario.
EliminarAbrazo.