Sentí tus labios
y un leve escalofrío,
rozó mi cuerpo.
Eran tus besos
caricias celestiales
que me dejabas.
Y me encontré,
soñando entre tus brazos
en plena noche.
Unas estrellas,
sus besos nos mandaban,
desde los cielos.
Eran susurros,
suspiros con mil sueños
para nosotros.
Y me dormí,
volando, y escuchando,
de ti, una nana.
Vino el sopor,
la bruma con los sueños
y tu sonrisa.
Y nos amamos,
despacio y sin palabras,
parando el tiempo.
Fuimos felices,
viviendo y disfrutando
de aquel momento.
Sentí tus labios,
te dije que te amaba
y sonreíste.
Rafael Sánchez Ortega ©
16/08/24
Bonitos sueños que inspiraron tu poema.
ResponderEliminarSaludos Rafael.
Gracias María Rosa.
EliminarUn abrazo.
Un sueño delicado y romántico.
ResponderEliminarUn abrazo grande,, Rafael.
Gracias Maripau.,
EliminarUn abrazo.
A veces se unen la tierra y el cielo y nos dejan hermosos regalos de amor...Nada es casual, todo tiene un orden y un sentido. El poeta sabe intuir y sentir esos sueños, que vienen del más allá para impulsarnos a vivir.
ResponderEliminarMi abrazo siempre, poeta amigo.