Te espero en la plaza
y aquí, en el presente,
con rosas y besos
igual que otras veces.
Y tú, con tu paso,
te acercas y vienes,
marchamos, sin prisas,
al campo y alegres.
Te esperan mis labios
con besos silentes,
temblando y buscando
los tuyos tan breves.
Y tú me sonríes
y dan lo que sienten,
tus labios sagrados,
y el néctar que beben.
Te esperan mis ojos
que buscan tus sienes,
y en ellas las rosas
que ciñen tu frente.
Y tú, con ternura,
tus ojos me ofreces,
me miras despacio,
y en ellos me envuelves.
Te espera mi sangre
latiendo impaciente,
sacando del pecho
el nombre que quieren.
Y tú me susurras,
dejando que sueñe,
pronuncias mi nombre
y el alma se enciende.
Te espera mi vida,
mi amor, como siempre,
y sé que me esperas,
también, como sueles.
Amando a la vida,
sintiendo a la gente,
soñando contigo,
viviendo el presente.
Rafael Sánchez Ortega ©
25/08/24
Qué bonito poema nos dejas este martes, es como tener quince años, esperando a ese noviete en la plaza del pueblo. Un abrazote y muy feliz día.
ResponderEliminarGracias Campirela, me alegro de que veas esa imagen.
EliminarUn abrazo y feliz día.
Bello y romantico poema, eres un poeta enamorado de la poesía y del amor.
ResponderEliminarAbrazo.
Gracias María Rosa.
EliminarUn abrazo.
El eterno presente :) Besos
ResponderEliminarGracias Inma.
EliminarBesos.
La sensibilidad en tus versos, ¡son tan alegres y bonitos!, gracias, amigo.
ResponderEliminarAbrazo
Gracias María del Rosario.
EliminarUn abrazo.
Esa espera mutua sin contar el paso del tiempo, qué bello poema de amor eterno.
ResponderEliminarUn abrazo enorme, Rafael
Gracias Maripau.
EliminarUn abrazo.