A pesar del cansancio
aprendí, que la vida,
es vivir el presente
y sus cosas sencillas.
Aprendí que los niños
se sorprenden y miran,
a sus padres y amigos
que les dejan caricias.
Son las frases melosas
en las voces y risas,
que les hablan sin odio
a vivir cada día.
Son momentos eternos
de grabar en retinas,
esos bellos instantes
que en el alma palpitan.
Y se viven las horas
y hasta el tiempo desliza
esos sueños, sin nombre,
de la infancia querida.
Y se aprende soñando
en la casa tranquila
deseando un futuro
de ilusión infinita.
Y es así en el trabajo,
del hogar y familia,
donde el pan se consigue
con trabajo y vigilia.
A pesar del cansancio
hoy contemplo la vía
que ha guiado mi frente
hacia rutas divinas.
Y suspiro y te veo,
¡cómo no, poesía!,
en tus versos soñados
y también en tu rima.
Ella viene conmigo
y se siente querida,
y le doy lo que tengo,
y es así buena amiga.
Rafael Sánchez Ortega ©
26/08/24
Cada día aprendemos algo nuevo, y de los niños mucho más, ellos nos enseñan con su inocencia que la vida es un instante el cual hay que saber disfrutar. Un besote Rafael, buen miércoles.
ResponderEliminarGracias Campirela.
EliminarUn abrazo y feliz miércoles.
No puedes negar que amas la poesía y que ella también te ama, ya que te brinda su mejor inspiración. Abrazo.
ResponderEliminarGracias María Rosa.
EliminarUn abrazo y feliz día.
Cansado o no, la poesía te lleva tan prendido en al cintura, y en la infancia, que es un delicioso poema.
ResponderEliminarUn abrazo inmenso, Rafael
Gracias Maripau.
EliminarUn abrazo y feliz día.