Las escaleras
llevaban a la torre
y el campanario.
Aquella iglesia,
oscura y silenciosa
hoy la recuerdo.
Y viene a mí
con briznas del pasado
y algún otoño.
Éramos niños,
jugando en el recreo
bajo sus piedras.
A la "peñuca",
también a las "canicas"
y al "veo veo".
De aquella infancia
resuenan los suspiros
que recibimos.
Y fue del cielo,
las nubes y la luna,
con tanta magia.
"Éramos niños,
decía en unos versos,
y era en otoño".
(En otro otoño...)
Rafael Sánchez Ortega ©
02/10/25
No hay comentarios:
Publicar un comentario