Hoy me recuerdo
del viejo balneario
abandonado.
Y al ver su estado,
sentí que el tiempo vuela
y aquí nos deja.
.
Con nuestros llantos,
igual que esas ruinas,
del balneario.
Quedan los muros
en medio de zarzales
sin zarzamoras.
Y mientras tanto
el mundo sigue y gira
en largo viaje.
Son como hormigas
los hombres que caminan
por las aceras.
Van al trabajo
o puede que al paseo
de la mañana.
Pero no importa,
el viejo balneario
masca el silencio.
Nadie se extraña
y nadie se pregunta
por sus raíces.
Y allí quedó,
envuelto en el misterio
de sus ruinas.
Hoy, para él,
resurgen estos versos
de mis recuerdos.
Rafael Sánchez Ortega ©
14/10/25
Muy lindo Rafael, hay lugares que guardan recuerdos e historia que nos remontan al pasado y al verlos abandonados nuestro corazón sufre con su tristeza.
ResponderEliminarmariarosa