A veces pienso que estoy ausente,
entre montañas, con bosque verde,
y con un lago de aguas calientes,
que el viento riza sus ondas breves.
A veces sueño con los juguetes
pues fui un niño, mal que me pese,
sueño despierto con los deberes,
con el pegaso y con los trenes.
A veces creo que soy creyente,
pues rezo mucho, salves y preces,
rezo a la Virgen, al Dios presente
y también rezo porque tú reces.
A veces canto, canto a la gente,
canto a los hombres y las mujeres,
canto a la vida, que llega y viene,
que va deprisa, que me enloquece.
A veces noto tus ojos verdes
que a mi me miran, buscan mi frente,
van a mis labios, libarme quieren,
pues entre ellos ven una fuente.
A veces quiero ser aguanieve,
ser ese manto que cubra alegre,
ser esa capa sin alfileres,
esa montaña alta y luciente.
A veces siento que algo se mueve,
y es que mi pecho hoy late fuerte,
late deprisa, marcha rebelde,
dice tu nombre, sueña con verte.
A veces hablo sin que contestes,
sin que suspire tu pecho ardiente,
ya no palpitan más los laureles
la brisa llega y es el nordeste.
...Pero son sueños todas las veces,
todo son sombras que se oscurecen;
la vida sigue, no se detiene,
y voy en ella, voy a mi suerte.
Rafael Sánchez Ortega ©
24/08/10
entre montañas, con bosque verde,
y con un lago de aguas calientes,
que el viento riza sus ondas breves.
A veces sueño con los juguetes
pues fui un niño, mal que me pese,
sueño despierto con los deberes,
con el pegaso y con los trenes.
A veces creo que soy creyente,
pues rezo mucho, salves y preces,
rezo a la Virgen, al Dios presente
y también rezo porque tú reces.
A veces canto, canto a la gente,
canto a los hombres y las mujeres,
canto a la vida, que llega y viene,
que va deprisa, que me enloquece.
A veces noto tus ojos verdes
que a mi me miran, buscan mi frente,
van a mis labios, libarme quieren,
pues entre ellos ven una fuente.
A veces quiero ser aguanieve,
ser ese manto que cubra alegre,
ser esa capa sin alfileres,
esa montaña alta y luciente.
A veces siento que algo se mueve,
y es que mi pecho hoy late fuerte,
late deprisa, marcha rebelde,
dice tu nombre, sueña con verte.
A veces hablo sin que contestes,
sin que suspire tu pecho ardiente,
ya no palpitan más los laureles
la brisa llega y es el nordeste.
...Pero son sueños todas las veces,
todo son sombras que se oscurecen;
la vida sigue, no se detiene,
y voy en ella, voy a mi suerte.
Rafael Sánchez Ortega ©
24/08/10
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