Las olas se retiran muy cansadas
se vuelven a ese mar verde azulado,
se van a sus entrañas derrotadas
y dejan al oeste adormilado.
Las playas aparecen desoladas
por culpa de este mar tan desalmado,
el duro temporal, las marejadas,
cantábrico infernal, mi mar amado.
Ya vuelve la quietud y se serenan;
las olas desbocadas y gigantes
se duermen y se llevan lo que siento.
Los hombres a las naves ya carenan,
emulan a la Iliada y los Atlantes
y toman de los dioses ese aliento.
Rafael Sánchez Ortega ©
11/11/10
se vuelven a ese mar verde azulado,
se van a sus entrañas derrotadas
y dejan al oeste adormilado.
Las playas aparecen desoladas
por culpa de este mar tan desalmado,
el duro temporal, las marejadas,
cantábrico infernal, mi mar amado.
Ya vuelve la quietud y se serenan;
las olas desbocadas y gigantes
se duermen y se llevan lo que siento.
Los hombres a las naves ya carenan,
emulan a la Iliada y los Atlantes
y toman de los dioses ese aliento.
Rafael Sánchez Ortega ©
11/11/10
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