PASA LA VIDA Y ES FÁCIL PERDERSE...

Pasa la vida y es fácil perderse,
pero hay que seguir y buscar la salida,
romper las tinieblas que te rodean,
emborrachar las sombras,
buscar la luz de los sueños...


Porque la vida es un latido,
un segundo robado al infinito
de las almas,
un suspiro de la niebla y de la bruma,
la sirena que se oye desde el faro
avisando del peligro de la costa
y las olas, esas olas de los mares
infinitos,
y ese mar de color verde que te llama,
que te grita en los susurros
que musitan el nordeste y la resaca,
que te espera con los sueños de colores...


Y allí estás tú, con tus letras y cuaderno,
con tu risa temblorosa y vacilante,
con tus ojos soñolientos y de niña,
con los versos ocultados bajo el alma,
con arrugas y metáforas,
en tu rostro de gitana, que me aturden
y me hechizan,
con tu pelo revoltoso de la noche
y la resca,
con tus labios hoy resecos
por los besos...


Fiel desorden que yo he visto en esta tarde,
navegando por los mares.
Fiel reflejo de la vida y de los sueños
abrazando la negrura de las aguas,
recibiendo entre mis labios esos besos
tan salados,
recubriéndome la piel con el salitre
y con el yodo
y extendiendo la mirada al horizonte
y a la nada...


Y allí mismo yo te he hablado,
he gritado, como el mar,
sólo tu nombre,
recibiendo por respuesta unas gotas
de la lluvia,
un cruzarse y descruzarse de unas alas
de gaviota que marchaban a la costa...


Y te hablé también de aquella tarde,
que pasamos, en el lago de Constanza,
de aquel baile, que bailamos arrimados,
junto al puerto y en el parque,
de aquel mar que yo decía, (y no era mar)
y tú reías anunciando que era el Rin,
con su deshielo en las montañas,
el origen de la vida y de tus sueños
y querías que sus aguas te bañaran...


...¡Pero era un sueño solamente!,
una dulce fantasía de un verano,
un deseo transformado sin palabras,
un trayecto por el mar de los sentidos.


Aunque era Amor,
amor sincero,
amor de niño adulto refundido,
amor sin esperanzas ni promesas,
amor con una sombra de imposible,
amor con mariposas de dos sueños...


Rafael Sánchez Ortega ©
09/05/11