No tengas miedo a mis letras
ni tampoco a mi cariño,
nada pretendo, y lo sabes,
solo el candor del amigo.
Todos queremos un poco,
todos buscamos un guiño,
unos encuentran la estrella
otros la paz de su brillo.
Pero la paz verdadera
es el cariño y el mimo,
es esa mano que viene
en el momento preciso.
Es la mirada que habla,
son esos ojos sencillos,
es esa risa traviesa
son esos labios divinos.
En la amistad no hay fronteras
con el puñal enemigo,
no hay esa rosa traidora
que lleva dentro el espino.
Yo no persigo otra cosa
que tu amistad y cariño,
hoy lo repite de nuevo
mi corazón encogido.
Mi corazón que te quiere
desde que vió tus ojitos,
cuando escuchó la palabra
que me pasó tu latido.
No hay confusión en mi mente
quiero quererte en sigilo,
para estar cerca, muy cerca,
de ese rincón infinito.
Yo miraré cuando pases
y sentiré que te has ido,
y escribiré con mis versos,
y soñaré como un niño.
"...No tengas miedo a mis letras,
pues ellas son como lirios,
nada pretenden hacerte,
sólo saciar mis sentidos..."
Rafael Sánchez Ortega ©
06/05/11
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