SOBRE LA NOCHE...

Sobre la noche se oye el temblor de la nieve.
Es una canción que baja y que me llena,
que viene sosegada entre una niebla gris.


Enciendo mi cigarro, con dedos temblorosos,
y busco en la distancia tu figura
que no llega.


En el puerto
los mástiles vacíos de gaviotas
se alzan cual fantasmas sobre el mar,
que se presume, está a su lado.


Yo miro la colilla del cigarro
que cuelga entre mis dedos
y busco, entre su punta, el brillo
de una estrella imaginaria.


Más sólo es un cigarro simplemente
y aún no llega tu figura.


Las olas se adormecen y quedan
en silencio.


De pronto te descubro y me estremezco.


¡Ya estás aquí mi noche
y me cubres con tu manto!,
me tapas con cuidado,
me gritas que me duerma,
musitas ese nombre que es mi nombre,
me hablas sin palabras,
me dices que me amas...


¡Oh noche fiel y amante de mis sueños!,
apaga mis pupilas y déjame dormir así,
sintiendo tus caricias.


Rafael Sánchez Ortega ©
10/05/11