En un atardecer sueño contigo
y siento la caricia del verano,
las aguas de la costa no se mueven
y notan la caricia de tus rayos.
¡Ay sol que me abandonas en la tarde
dejándome tus pétalos dorados!,
no sabes la alegría que me ofreces,
ni sabes el alcance del regalo.
Hoy llego tembloroso hasta el cuaderno,
un tanto dolorido y angustiado,
fue el roce del ciprés, con su silueta,
y el largo escalofrío de su dardo.
Fue un soplo que ha venido hasta mi cuello
dejando su aguijón muy bien clavado,
el tiempo no perdona, buen amigo,
y añoro los momentos de hace años.
En un atardecer con pesadillas
cabalgan los jinetes del pasado,
aquellos que avisaban en la infancia
que el tiempo del reloj marcaba el cuarto.
Sonaron las campanas de la infancia,
volvieron los castillos encantados,
en medio de la niebla y de la fiebre
queriendo de ese modo acompañarnos.
No pude reprimir cierta sorpresa
en medio del dolor, y con el llanto,
busqué el abrazo fuerte de la brisa,
y el rayo de aquel sol enamorado.
Venías cada día hasta mi encuentro,
rompiendo la atonía y el letargo,
dejando el colorido entre las nubes
como algo sugerente y encantado.
Recuerdo aquel adiós, en una tarde,
brillaba azul el mar, y sin un barco,
marchabas para siempre de mi vida
llegando con tu beso hasta mis labios.
Recuerdo que marchaste sin preguntas
al cielo azul oscuro de los astros,
yo supe que dejabas las respuestas
ocultas en el pliegue de tu abrazo.
...Y ahora que me encuentro dolorido,
te llamo por tu nombre limpio y claro,
te pido que me ofrezcas tu sonrisa
pues hoy la necesito sin dudarlo.
"...Es un atardecer de primavera
y quiero la nostalgia de tus rayos,
mis ojos doloridos necesitan
la brisa y la caricia de su bálsamo..."
Rafael Sánchez Ortega ©
28/03/13
y siento la caricia del verano,
las aguas de la costa no se mueven
y notan la caricia de tus rayos.
¡Ay sol que me abandonas en la tarde
dejándome tus pétalos dorados!,
no sabes la alegría que me ofreces,
ni sabes el alcance del regalo.
Hoy llego tembloroso hasta el cuaderno,
un tanto dolorido y angustiado,
fue el roce del ciprés, con su silueta,
y el largo escalofrío de su dardo.
Fue un soplo que ha venido hasta mi cuello
dejando su aguijón muy bien clavado,
el tiempo no perdona, buen amigo,
y añoro los momentos de hace años.
En un atardecer con pesadillas
cabalgan los jinetes del pasado,
aquellos que avisaban en la infancia
que el tiempo del reloj marcaba el cuarto.
Sonaron las campanas de la infancia,
volvieron los castillos encantados,
en medio de la niebla y de la fiebre
queriendo de ese modo acompañarnos.
No pude reprimir cierta sorpresa
en medio del dolor, y con el llanto,
busqué el abrazo fuerte de la brisa,
y el rayo de aquel sol enamorado.
Venías cada día hasta mi encuentro,
rompiendo la atonía y el letargo,
dejando el colorido entre las nubes
como algo sugerente y encantado.
Recuerdo aquel adiós, en una tarde,
brillaba azul el mar, y sin un barco,
marchabas para siempre de mi vida
llegando con tu beso hasta mis labios.
Recuerdo que marchaste sin preguntas
al cielo azul oscuro de los astros,
yo supe que dejabas las respuestas
ocultas en el pliegue de tu abrazo.
...Y ahora que me encuentro dolorido,
te llamo por tu nombre limpio y claro,
te pido que me ofrezcas tu sonrisa
pues hoy la necesito sin dudarlo.
"...Es un atardecer de primavera
y quiero la nostalgia de tus rayos,
mis ojos doloridos necesitan
la brisa y la caricia de su bálsamo..."
Rafael Sánchez Ortega ©
28/03/13
Tus letras estan llenas de sensibilidad y magia.
ResponderEliminarMe ha encantado tu hora bruja, esa que encanta.
Un saludo cariñoso.
Gracias por tu visita y comentario Rayén, siempre tendrás las puertas abiertas.
EliminarUn saludo y feliz jueves.
Todos necesitamos esa sonrisa que desde el pasado nos aleje del frio invierno de la soledad.
ResponderEliminarMe encanto, Rafael!!!
Cariños....
Es cierto Oriana que todos necesitamos esa sonrisa.
EliminarUn abrazo.
Siempre el sol será un fiel aliado cuando los nublados del alma quieren imponerse, entre nostalgias y recuerdos dolorosos,éste nos entibia el alma para seguir.
ResponderEliminarMuy hermoso,Rafael querido.
ABRAZOS EN MI MAÑANA DE JUEVES.
FELIZ FIN DE SEMANA.
Seguro que sí querida amiga.
EliminarUn abrazo y feliz jueves Maritza.
las sombras cuando comienzan a asomar son pura magia
ResponderEliminarel sol es bueno para las plantas y los otros seres vivos
los crepúsculos son la mejor hora
abrazos
Es que tienen un encanto especial Elisa, así de sencillo.
EliminarUn abrazo.
Hola poeta de las palabras enamoradas
ResponderEliminarel que le canta al amor como ninguno
Gracias por ver así mis versos Recomenzar.
EliminarUn abrazo.
que paso ¿adonde se fue mi comment?
ResponderEliminarbesos
Pues aquí, ya ves, ahora salieron los dos.
EliminarBesos para ti Recomenzar.
Hoy, que estoy de ANIVERSARIO, me asomo especialmente a tu poesía, te dejo un abrazo, Rafael.
ResponderEliminarMe gusta mucho leerte
Ross
Pues que pases un lindo día y gracias por tu visita Ross.
EliminarUn abrazo.
Precioso y emotivo, pero que tristeza da lo que amamos y se acaba...
ResponderEliminarUn saludo.
Son los contrasentidos de la vida Misterio, así de sencillo.
EliminarUn abrazo en la tarde.
En tus versos aun la tristeza es bella. La melancolía te acompaña y te inspira sabiamente..
ResponderEliminar¡Felices Pascuas!!
mariarosa
Gracias María Rosa, un abrazo y Felices Pascuas también para ti.
EliminarA veces nos sentimos niños, contentos de estar lejos de todo, engrandeciendo recuerdos y nos convertimos en poetas… y allí solos nos quedamos, con ese encanto, grande como la esperanza, de ese aroma y el valor de unos bellos momentos.
ResponderEliminarSin duda una de las etapas más maravillosas del ser humano, es cuando somos niños, las cosas desagradables no tiene razón para estar en nuestras mentes. Preciosa poesía como lo son todas las tuyas.
Una visita rápida, y espero poder estar por aquí, en fechas próximas.
Un beso grande Rafa.
Gracias por tu comentario Lore y coincido en lo que dejas escrito sobre la niñez.
EliminarUn beso y que disfrutes de estos días Lore.
y su esencia en ella te llego su sonrisa y tu alma borró esa trizteza y ese atardecer llegó a ser mágico me encantó, un Aabrazo desde mi brillo del mar
ResponderEliminarSonrío simplemente Beatriz.
EliminarUn abrazo.