Se va la nieve
y deja un manto blanco
con mucho frío.
Hielo en la noche,
ventisca en la mañana,
nube en la tarde.
Aquí se quedan
los sueños y los niños
en una piña.
Y todos fuimos,
los niños de la nieve
en nueva infancia.
Sueños y risas,
con horas blanquecinas
y de ilusión.
Blancas las calles,
aceras y tejados,
vistieron galas.
Las chimeneas
ahogando los suspiros
de los hogares.
Los campanarios,
tapadas las campanas
dejan silencios.
Pero se marcha
la nieve y, la nevada,
queda en el alma.,
Rafael Sánchez Ortega ©
11/01/21
Después de la nevada siempre queda la nostalgia y los recuerdos se amontonan en ese blanco inmaculado que ella nos deja. Así los sueños se alargan, se estiran y los hacemos más y más vivos hasta que se van congelando y quedando en el recuerdo como algo importante de nuestras vidas.
Es bonito, desde luego evoca recuerdos. Un gusto leerte.
ResponderEliminarGracias por tu visita y comentario, Marcos.
EliminarUn saludo.
Ternura en tus letra y verdades muy grandes, esa nieve cuando se aleja deja un halo de nostalgia.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Gracias Campirela.
EliminarUn abrazo y feliz día.
El deshielo siempre deja un halo de realidad. Precioso poema, amigo Rafael.
ResponderEliminarMil besitos en la noche.
Gracias Auroratris.
EliminarUn abrazo y feliz día.
Me alegro volver a saber de ti amigo por estos versos profundos, un fuerte abrazo desde mi brillo del mar
ResponderEliminarGracias Bea.
EliminarUn abrazo desde el cantábrico.
Bella, colma di candore e poesia! Nostalgica...
ResponderEliminarGracias por tu visita y comentario Vivi.
EliminarSaludos.
la nieve nos alegra la vista, pero con ella la vida queda como que en suspenso
ResponderEliminarUn abrazo
El manto blanco es como un paréntesis, Albada Dos.
EliminarUn abrazo.
La nieve cae en silencio. Su manto, como dices, es un paréntesis.
ResponderEliminarHermosos versos.
Gracias Galilea.
EliminarLa nieve y su recuerdo quedó dormido en el alma, Rafael...Tu lo despiertas de nuevo, amigo. Mi abrazo y mi cariño.
ResponderEliminarGracias por tus palabras, María Jesús.
EliminarUn abrazo y feliz semana.