Estaba triste
la tarde del invierno
con la nevada.
Y es que las nubes
ocultaban el cielo
y el manto azul.
Llora la tarde
con lágrimas saladas
y blanquecinas.
Estaba hermosa
la casa de las hadas
entre los robles.
Bonito sueño
sacado de los cuentos
hasta tus ojos.
Y es que esa casa,
con magia y encantada,
está a tu alcance.
Estaban vivos
los copos de la nieve
y juguetones.
Van a tu cara
de labios de los ángeles
y querubines.
Van a tu alma,
aumentan sus latidos
¡Te hacen soñar...!
Rafael Sánchez Ortega ©
16/01/21
Hay muchas tardes tristes en el alma y ésta siempre busca un culpable o una tercera persona para descargar el motivo de la misma y así, poder seguir el camino de la vida y recobrar la sonrisa, borrando esa sombra que, por unos momentos, pudo empañar su mirada. Veamos en la nieve lo que tiene de pureza y de magia y sintamos esa llamada de la infancia que tiene y nos ofrece.
Reconfortante.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias Amapola.
EliminarUn abrazo.
Bello poema Rafael. Feliz domingo.
ResponderEliminarmariarosa
Gracias María Rosa.
EliminarUn abrazo y feliz domingo.
Borremos tardes tristes y dejemos que entre aunque sea un pequeños rayos de luz ..aunque la tristeza tan bien tien derecho a quejarse quizás si la hacemos caso se convierta en alegría ... Un abrazo Rafael.
ResponderEliminarGracias por tus palabras, Campirela.
EliminarUn abrazo en la tarde.
Preciosas letras de añoranza para todos poeta.
ResponderEliminarAbrazo
Gracias María del Rosario.
EliminarAbrazo.
La vida tiene distintos elementos, algunos nos hacen sonreír y otros, ponernos tristes. En general la naturaleza es un hilo conductor hacia la paz y alegría, debemos buscarla y sumergirnos en su esplendor.
ResponderEliminarLindo poema amigo, besos para ti.
Paty
Gracias por tu comentario Paty.
EliminarUn abrazo y feliz día.
Hermosísimos versos.
ResponderEliminarGracias Galilea.
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