Déjame verte,
leer en tus pupilas
lo que ellas guardan.
Nunca pensé
decirte estas palabras
así de claras.
Pero tus ojos,
un tanto picarescos,
me decidieron.
Me contestaron
tus labios temblorosos
y sonrientes.
Había un sí,
velado, que invitaba
a ver tu cielo.
Y lo acepté,
despacio y abrazándote
aquella tarde.
Leí tus letras,
los versos y el poema
que tú escribías.
Viví tu vida
contigo en el presente
y pude amarte.
Y fui feliz
en medio de un gran sueño
que compartimos.
Rafael Sánchez Ortega ©
19/01/21
Recuerdo una vez, una escena parecida, en la que intenté leer unos ojos y solo pude ver el reflejo de las estrellas en la noche. Creo que me estremecí y gocé del momento, pero me quedé con las ganas de saber qué había escrito en las pupilas tan cercanas. (Así son los sueños...)
A veces las palabras no agregan contenido, a veces basta con lo que sentimos.
ResponderEliminarUn abrazo amigo, feliz día.
Paty
Gracias por tu mensaje, Paty.
EliminarUn abrazo y feliz jueves.
Los sueños, sueños son.
ResponderEliminarGracias por tu visita y comentario, Frases Bonitas.
EliminarLindísmo anhelo, que siempre perdura
ResponderEliminarUn abrazo
Gracias Maripau.
EliminarUn abrazo.
Ver las estrellas en la pupilas del otro no es mal presagio, tal vez sea el preludio de seguir soñando y viendo el firmamento para después pasar a ver estrellas en el corazón. Muy lindo.
ResponderEliminarAbrazos .
Gracias por tus palabras, Campirela.
EliminarUn abrazo en la noche.
Leer en los ojos lo que el alma late, sentir esa mirada, esas pupilas que escriben y te abrazan.
ResponderEliminarEs precioso tu poema y reflexion.
Estoy ausente pero te sigo leyendo.
Un abrazo.
Gracias María, sigue disfrutando del tiempo.
EliminarUn abrazo.