El viento canta
poemas de la aldea
y de pastores.
Hay en sus letras
recuerdos y nostalgia
de primaveras.
También de inviernos,
veranos y sequías
y algún otoño.
Yo escucho al viento,
me duermo entre sus brazos
arrulladores.
Voy en su brisa
por campos y montañas
hasta la mar.
Allí, el salitre
despierta mis sentidos
con el nordeste.
Se calma el viento,
descansa entre la arena
y las resacas.
Ellas le dictan
la música sin nombre
de las mareas.
De esta manera
el viento, con la brisa,
forman un dúo.
Rafael Sánchez Ortega ©
26/01/21
Estoy seguro de que el viento y la brisa han venido, a nuestro lado, infinidad de veces, con esa canción invisible que nos hace estremecer y nos lleva a sitios y momentos inolvidables. Así podemos sentir su arrullo en el campo, en la playa, en el mar y en la montaña, y notar el candor de su abrazo y la caricia de su voz en nuestros oídos.
Como dice la canción, el amor esta en el aire y en él muchas veces sentimos lo labios del ser amado . Bello poema. Un abrazo antes de comer y otro para después ..ajjaja Gracias por tus poemas.
ResponderEliminarGracias por tus palabras y por esos abrazos que se reciben y comparten.
EliminarUn abrazo en la tarde Campirela.
Es bueno recordar y vivenciar el amor, para curar heridas, siempre presente Rafael con tan melodiosas poesías, Un abrazo
ResponderEliminarBrisas y amor, eso necesito yo.
ResponderEliminarBesos.
Seguro que la brisa se acerca con sus besos, Laura.
EliminarBesos.
Así es, amigo Rafael... abrazos de brisa que traen a la memoria otro tiempo y otro lugar. Aromas de esperanza.
ResponderEliminarMil besitos en la tarde.
Gracias por tus palabras, Auroratris.
EliminarUn abrazo en la tarde.
Cierto... la brisa, el viento nos cantan historias rozándonos la piel.
ResponderEliminarHermosos versos.
Gracias Galilea.
EliminarAbrazos.
El viento y la brisa te cantan y te inspiran.
ResponderEliminarAbrazo, Rafael.
Gracias Verónica.
EliminarAbrazo.