Se oyen ya las resacas
de las olas que llegan
en confuso desorden
a danzar en la arena.
Son canciones veladas
de suspiros y penas,
con sonrisas y llantos
de salitres y breas.
El invierno que pasa
en el mar se refleja,
y sus olas, cansinas,
hoy se muestran inquietas.
Unos ojos rebuscan
a través de la niebla
y la bruma constante
a la nave que esperan.
Pero todo está en calma
y no hay brisa, siquiera,
que alimente y suspire
esa barca y sus velas.
Hay marinos bogando
y buscando la pesca,
en las playas y bajos
para hacer su faena.
Tienen frente arrugada
y la cara morena,
y en el cuerpo ese traje
tan azul, de franela.
Se oyen ya, las resacas,
y murmuran contentas,
al llegar con sus rizos
a bailar en la arena.
Rafael Sánchez Ortega ©
14/01/24
Una bella poesía amigo, con la descripción de tu mirada poética de los elementos tangibles y todas sus connotaciones. Me encanta ese final con esos rizos bailando en la arena.
ResponderEliminarUn abrazo grande para un feliz domingo.
Paty
Gracias Paty.
EliminarUn abrazo.
Una historia echa poema, de aquellos marineros que zozobran en la mar.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias Campirela.
EliminarUn abrazo.
Esa arena que no enteinde de bolitas de plásticos. Qué precioso poema, Rafael.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo
Gracias Maripau.
EliminarUn abrazo.
Atento a la naturaleza, al mar que te rodea nos dejas eternizado en tus letras el ajetreo de la vida diaria, Rafael...Los elementos naturales nos hablan, nos dejan mensajes, que tu recoges y eternizas de maravilla.
ResponderEliminarMi abrazo y mi ánimo siempre, poeta.